Carlos Pérez es Ingeniero Técnico Industrial y pertenece a la Dirección de FFCC y Transportes, en la que actualmente es Jefe de Producción en la obra del Corredor del Mediterráneo, Tramo Castellbisbal-Martorell. Se incorporó a Ferrovial en 2001 y desde entonces ha participado en diferentes obras de FFCC en infraestructura, superestructura, ejecución de instalaciones y servicios afectados.
Durante dos semanas dejó atrás su vida habitual e hizo un voluntariado en la población de Alto Larán en la región Ica de Perú. Hoy nos explica su estancia donde plantea el agradecimiento mutuo entre las dos parte: la comunidad y el voluntario.
Carlos Pérez nos explica su experiencia como voluntario en Perú
- ¿Qué es lo que hizo que te presentaras como voluntario?
La intención de ser útil para un colectivo social desfavorecido. Además en ese momento de mi vida las circunstancias tanto personal como profesional me lo he podido permitir.
- ¿Cómo pudiste colaborar en la acción?
Este proyecto de cooperación se desarrolló de acuerdo al contexto de la zona de implementación y en coherencia con lo establecido por las autoridades competentes. En este caso, en el pliego de condiciones del proyecto se siguieron las indicaciones de la empresa municipal gestora de aguas.
Nosotros llegamos ya en la fase de ejecución del proyecto, por lo que nuestro trabajo consistió en apoyar al Ingeniero responsable de CESAL (la ONG que nos acogió y que ejecutó junto con Ferrovial este proyecto) en el cumplimiento de los estándares de calidad estipulados.
Por otro lado, junto con el resto de voluntarios, intentamos introducir mejoras en las instalaciones de agua dentro de los domicilios. Algunas de las familias no contaban con instalación, y otras sí la tenían pero en ocasiones en condiciones precarias. Nuestra aportación consistió en mejorar el diseño (red, instalación del lavadero incluido en el proyecto, cajas exteriores y contador, etc.).
- ¿Con qué momento te quedas del viaje?
A nivel personal destacaría el agradecimiento que hemos sentido los voluntarios por parte de las familias de los centros poblados, alcaldesa incluida, que culminó con la cena organizada en el centro social por los mismos pobladores.
- ¿Cómo animarías a alguien a que hiciera un voluntariado?
Porque es la oportunidad de apoyar en el desarrollo de zonas desfavorecidas y de sus habitantes. Pero sí que es cierto que cuando vives esta experiencia te das cuenta que “el beneficio” es mutuo. Es decir, no sólo eres tú quien da sino también recibes. Y estoy gratamente agradecido de esta experiencia y haber podido convivir con la comunidad de Alto Larán.
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