Infografía de coche adaptado a carreteras inteligentes
Carreteras

Pavimentos inteligentes funcionando en entornos reales

04 de febrero de 2019

Un «pavimento inteligente» que se instala conectando bloques prefabricados incorpora sensores para detectar el tráfico rodado y comunicaciones para interactuar con centros de control y de emergencias.

Desde el pasado mes de agosto los ingenieros y técnicos de Integrated Roadways ha estado realizando pruebas de su pavimento inteligente en un entorno real de Denver, Colorado (Estados Unidos). Ha sido en unas calles de un polígono industrial en las que hay una planta embotelladora de Pepsi Co. y un par de aparcamientos. Las pruebas consistían en reemplazar el pavimento original por otro equipado con sensores para detectar el paso de los vehículos. Estas pruebas en entornos reales, que son especialmente valiosas porque complementan a las de los «circuitos cerrados» de prueba, continuarán en 2019 con la instalación de más de 500 metros que reemplazarán el asfalto original de la Autopista 285 al sur de la ciudad.

Grandes bloques modulares

El pavimento inteligente de Integrated Roadways tiene forma de grandes piezas rectangulares que se conectan de forma modular, casi como las piezas de un rompecabezas. Es un prefabricado de hormigón con una duración cuatro veces mayor que la del asfalto tradicional, pero a la vez resulta más barato (teniendo en cuenta tanto la fabricación como el mantenimiento y otros factores; más detalles sobre esto al final). En cierto modo, explican, es una especie de «pavimento actualizable», porque si hay que añadir nuevos sistemas tecnológicos en el futuro se puede hacer sin que suponga tener que instalarlos de nuevo: basta abrirlos, actualizar y cerrar.

Infografía bloques modulares pavimentos inteligentes

1. Puerto de acceso. 2. Bucle de fibra. 3. Routers. 4. Pasadores | Fuente: Integrated Roadways

Cada bloque prefabricado incluye básicamente cuatro componentes. El primero es lo que llaman puerto de acceso que se utiliza tanto para levantar y bajar el bloque de pavimento durante su instalación como para acceder a los dispositivos interiores posteriormente; son una especie de cilindros huecos en los que se instalan los sensores y procesadores. El segundo es un bucle de fibra que hace las veces de «sensor de presión» que detecta cuándo transita un vehículo sobre él; se puede imaginar como el equivalente físico de las pantallas táctiles de los teléfonos móviles. El tercero son los llamados routers, que son cuatro en total y conectan cada pieza con las cuatro adyacentes y también con los sistemas de comunicación exteriores. Y finalmente una serie de pasadores y conductos en los que se inyecta cemento para que los bloques queden perfectamente encajados.

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Infografía como funcionan carreteras integradas.

Fuente: Integrated Roadways

Todos los bloques de pavimento inteligente están interconectados tanto físicamente como a nivel de comunicaciones. Los sensores detectan el paso de los vehículos –más específicamente: la posición, peso y velocidad– y transmiten esa información en tiempo real a los procesadores, que la almacena. Algo interesante es que esto funciona sin que el coche necesite ningún componente tecnológico ni estandarizado especial: es igual para todo objeto que pase por la superficie del pavimento. En el futuro podrían instalarse en el pavimento otros dispositivos para comunicarse con los vehículos, algo especialmente útil en el caso de los que conducen de forma autónoma.

Toda la información acerca de la circulación pasa de unos bloques a otros a lo largo de la carretera hasta llegar a una caja de comunicaciones, que se conecta con lo que llaman el Fiber Hut que es básicamente un lugar en el que se puede procesar con más capacidad toda esa información y enviar a las torres de comunicaciones, de forma inalámbrica o por fibra óptica. Desde allí la información puede hacerse llegar a los centros de tráfico, centros de notificación de emergencias y demás, de modo que se analicen con las herramientas más adecuadas para cada finalidad: gestionar el tráfico, actuar en caso de problemas o proporcionar ciertos servicios.

Un nuevo negocio a partir de una nueva tecnología

Pero no todo es tan sencillo: en los cálculos del coste de este pavimento intervienen factores como que hay que negociar con las compañías privadas de telecomunicaciones, a las que se puede ofrecer el pavimento de la autopista como lugar en el que instalar equipos de comunicaciones 5G y de otros tipos, y de las que a la vez se depende para la conexión de los sensores con un centro de control.

También hay que tener en cuenta que dado que es una solución “más tecnológica” que el pavimento convencional para que fuera más barata se necesitaría una gran economía a escala. No suele ser fácil penetrar en un mercado ya existente como esa con facilidad. También hay algunas cuestiones que habría que examinar en el caso de un despliegue global, como su durabilidad en diferentes escenarios, que las uniones entre los bloques no supusieran un problema en clima adverso, etcétera.

Respecto a este aspecto del negocio en Integrated Roadways proponen algunas ideas sobre una gran cantidad de servicios que se podrían ofrecer (y cobrar) a los vehículos que circulen por las carreteras, en forma de apps, suscripciones y demás. No es algo que esté todavía desarrollado y podría imaginarse como una oferta de «servicios a la carta» adaptados tanto al lugar exacto en el que están los vehículos (restauración, aparcamientos) como durante todo el recorrido (entretenimiento, recarga eléctrica, etcétera). Y es que sin duda que el propio pavimento se vuelva «inteligente» abre un nuevo mundo de posibilidades.

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