El reciclaje se ha convertido en un concepto cada vez más común en nuestro día a día. Estamos rodeados de noticias, ideas, leyes e iniciativas que nos hacen ser cada vez más conscientes de la importancia del reciclaje en un mundo de 7.700 millones de personas, dónde los recursos son escasos y el medio ambiente es frágil.
Pero ¿qué pasa con el reciclaje en los aeropuertos? Prisas por pasar el control de seguridad, buscar la tarjeta de embarque, un móvil que suena, niños correteando por todas partes… ¿qué hacemos por ejemplo en ese momento con nuestras botellas de plástico? Pues que la mayoría de ellas acaben en la basura antes siquiera de llegar al control.
Con un número de pasajeros cada vez mayor -4.343 millones de pasajeros en 2018 frente a los 2.489 millones de viajeros en 2008- , ¿qué impacto tenemos en el reciclaje como pasajeros? ¡Hagamos la cuenta!
Los datos
Cada persona en el mundo genera un promedio de 1,2 kg de desechos al día. Un día tiene 24 horas, y un pasajero pasa una media de 133 minutos (un poco más de 2 horas) en un aeropuerto, desde su llegada hasta finalizado el embarque. La pregunta es, ¿Cuántos residuos de media puede generar un solo pasajero durante ese tiempo?
El aeropuerto londinense de Heathrow, el mayor en términos de pasajeros del Reino Unido y Europa, y séptimo del mundo, genera alrededor de 110.000 toneladas de desechos al año, incluidos los que provienen de la construcción y demolición de instalaciones. En 2018, este hub registró un total de 80,1 millones de pasajeros, lo cual implica que cada individuo generó 1,4 kg de residuos, una cantidad por encima de la media diaria de una persona en solo dos horas. Sin embargo, el aeropuerto recicló el 47,7% de sus residuos en este mismo año, y logró reducir los residuos en 1.000 toneladas gracias a que los residuos de cabina son reciclados también por el aeropuerto y a la prohibición de líquidos en el control de seguridad.
El Aeropuerto Internacional de Beijing, el más concurrido de China, Asia y el segundo en el mundo genera un promedio de 28.000 toneladas de desechos al año. Con casi 101 millones de pasajeros en 2018, el aeropuerto de Beijing produce 0,28 kg de residuos por persona y el 80% se envía a vertederos o incineradores, lo que significa que más de 22.000 toneladas nunca llegan a reciclarse.
El Aeropuerto Internacional de San Francisco (SFO), el 25º más transitado del mundo con casi 58 millones de pasajeros en 2018, registró 14.000 toneladas de residuos de desechos operativos que se enviaron al vertedero. Sin embargo, el objetivo del aeropuerto como parte de su nuevo plan estratégico, es «convertirse en el primer aeropuerto del mundo sin residuos para 2021«. Pero ¿cómo se logra ese objetivo?
¿Qué puede hacer el aeropuerto?
Tripulantes de cabina, políticos, directores de aeropuertos o gerentes de aerolíneas, son sólo algunos de los profesionales de la industria que tiene un impacto directo en la forma en que se ejecuta el proceso de reciclaje.
Sin embargo, uno puede llegar a preguntarse “¿qué impacto puede tener un camarero en el proceso de reciclaje, cuando al final solo hace lo que le mandan?». Bueno, las pequeñas acciones que pasan desapercibidas son a menudo las que pueden marcar una gran diferencia, siempre y cuando estemos dispuestos a hacer un esfuerzo extra. ¿No podría un camarero dejar de servir la bebida sin un vaso de plástico? ¿O pedirle amablemente al pasajero que reutilice su vaso de plástico?
Si hablamos de los dirigentes de los aeropuertos, éstos están cada vez más concienciados de la necesidad de establecer objetivos de reciclaje dentro de sus instalaciones. El aeropuerto de Atlanta en Estados Unidos ha establecido un objetivo de reciclaje del 90% como parte de su política de cero residuos firmada en 2017, aunque lo ha hecho sin establecer un margen de tiempo. El aeropuerto de Heathrow en cambio está ha establecido un ambicioso objetivo de reciclaje del 70% para 2020.
¿Cómo alcanzan los aeropuertos estos objetivos?
Casi todos los aeropuertos hoy en día tienen una política de reciclaje que establece un objetivo con una fecha límite y una serie de medidas para lograrlo. Por ejemplo, en EE.UU, la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) fomenta el reciclaje de desechos sólidos en los aeropuertos de EE. UU, e incluye medidas como la de restringir el uso de plástico de poliestireno (espuma de poliestireno), minimizar el packaging de los productos, establecer programas de recuperación de alimentos o establecer un mínimo de reciclaje para las concesiones y negocios dentro del aeropuerto.
Por ejemplo, el aeropuerto de Seattle-Tacoma propone las siguientes medidas para reducir las más de 7.000 toneladas de residuos que generan cada año:
- Colocar contenedores de reciclaje en todas las áreas públicas,
- Colocar fuentes de agua,
- Exigir a los concesionarios reciclar y compostar,
- Reutilizar el aceite de cocina y las servilletas de papel,
- Ofrecer a los negocios del aeropuerto un sistema de reciclaje gratuito,
- Reciclar los residuos de construcción,
- Donar restos de comida .
En el caso del aeropuerto de Heathrow, cabría mencionar las siguientes iniciativas:
- Heathrow ha lanzado una iniciativa para reciclar todas las tazas de café desechables que se venden dentro de sus instalaciones. Pero ¿acaso son indispensables? ¿Se podrían reemplazar por otras hechas de un material distinto? Tal vez esto ya no sea un problema, ya que las autoridades locales de Denver, EEUU están actualizando sus plantas de reciclaje para reciclar vasos de cartón con forro de plástico.
- En el caso de las bolsas de plástico para líquidos, aerosoles, geles y pastas que se utilizan en el control de seguridad, Heathrow está promoviendo iniciativas como la de recompensar al pasajero por reciclar y reutilizar las más de 85 millones bolsas de plástico que se generan en el aeropuerto anualmente.
¿Qué podemos hacer nosotros?
No olvidemos que el reciclaje es el último paso para una huella ecológica más pequeña. Reducir y reutilizar son principios básicos para reducir nuestra generación de residuos, pero también lo es el tener que reciclar menos.
Un ejemplo del concepto de reducir es el usar nuestro móvil como tarjeta de embarque, en lugar de llevar un documento impreso. Puede parecer un gesto insignificante, pero no es así si pensamos que esto implica 4.343 millones de papeles menos que desechar.
Si hablamos de reutilización, ¿por qué no bebemos agua antes de cruzar el control o llevamos con nosotros una botella vacía que se pueda rellenar en cualquier fuente o baño de la terminal, en lugar de simplemente desechar un envase de plástico?
Pero ¿a quiénes nos referimos cuando hablamos de “nosotros”? Nosotros somos todos los viajeros que salimos de casas para ir de vacaciones, visitar a la familia o simplemente a hacer negocios. Somos todas las personas que trabajamos en un aeropuerto, para una aerolínea o queremos proteger nuestro medio ambiente. En otras palabras, “nosotros” somos todos, cada ser humano tiene la responsabilidad de crear conciencia y aplicar ciertos valores y principio para garantizar que los aeropuertos sean tan sostenibles como nuestra propia casa. ¿Es eso posible? Hágase esta pregunta y así verá su grado de compromiso con el medio ambiente.
En mi caso, siempre recordaré cuando fui a Alemania a visitar a una amiga, y mientras estaba poniendo la mesa para el desayuno, ella se me acercó y me preguntó: «¿por qué colocas una servilleta con cada juego de cubiertos?». No entendí muy bien a qué se refería, pero respondí: «bueno, la costumbre, mi madre siempre pone un vaso, cubiertos y una servilleta en la mesa…» A lo que mi amiga sonríe y responde mientras retira las servilletas “¡hagamos uso de ellas solo cuando las necesitemos!”.
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