Un vehículo autónomo y todoterreno para trabajar llegando a lugares difíciles
07 de octubre de 2019
Los avances en inteligencia artificial permiten que los vehículos autónomos sean cada vez más capaces. Los laboratorios de investigación del fabricante japonés Honda han sabido combinar la robustez y fiabilidad de sus quads con los últimos avances para crear un prototipo de vehículo autónomo todoterreno que se puede usar para ayudar en los lugares de construcción, el campo o en otras situaciones.
Técnicamente, el 3E-D18 es un quad robusto y de mediano tamaño con una plataforma sobre la que pueden fijarse con seguridad todo tipo de gadgets: desde contenedores para transportar materiales a brazos robóticos para excavar o manipular objetos, depósitos para líquidos, aperos de labranza, antenas de comunicaciones… prácticamente de todo.
El pequeño vehículo se guía principalmente por la señal GPS de posicionamiento por satélite, gracias a la cual sabe en todo momento dónde está exactamente sobre el mapa. Pero además de eso lleva sensores para detectar su entorno cercano, no chocar o esquivar obstáculos.
Hay varias formas de guiarlo, pero los ingenieros han comprobado que lo más eficiente es hacerlo desde algo que todo el mundo lleva encima: un teléfono inteligente, un smartwatch o una tableta. Hay varios modos de hacerlo: indicar el punto de destino (ir de A a B), elegir una ruta predefinida o incluso dibujar con el dedo el camino exacto que se quiere que recorra. Un modo especialmente curioso es el llamado «sígueme», que hace que el quad se desplace junto al equipo de personas que recorre andando o en otros vehículos el terreno.
Un vehículo para todo tipo de trabajos
Dada su robustez hay módulos del 3E-D18 especialmente adaptados para el mundo de la construcción, convirtiéndole en un transporte para llevar ladrillos y otros materiales pesados. Con otros puede utilizarse para excavar, tender cables, retirar nieve o lo que haga falta. Su funcionamiento depende de una gran batería eléctrica que le proporciona autonomía; puede o bien recargarse cuando se agota o bien reemplazarse por otra ya cargada, en cualquier momento.
Un ejemplo especialmente divertido es su utilización ayudando en huertos solares, una curiosa mezcla de la más alta tecnología con la más baja: las cabras. Mientras que los pequeños rumiantes ayudan a despejar la hierba del huerto para mantenerlo limpio, el vehículo autónomo puede acceder a zonas embarradas o difíciles, estar más cerca de las instalaciones eléctricas (donde no conviene que estén los animales) y garantizar que la planta solar está siempre despejada y a pleno rendimiento.
En las plantaciones agrícolas se puede usar para ayudar en los cultivos; una de las funciones más apropiadas es cuando hay que rociar las plantas con productos químicos: el vehículo puede hacerlo sin peligro para las personas, que ni siquiera tienen que estar cercas. En el caso de situaciones de emergencia como avalanchas, caminos cortados o incendios forestales los bomberos y equipos de emergencia agradecen que el vehículo puede transportar el equipamiento pesado, dado que subirse con más de 20 kilos a la espalda les supone un esfuerzo y un riesgo de lesiones. En estas situaciones el 3E-D18 se comporta básicamente como «mula de carga». Pero bastante más inteligente, eso sí.
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