Ciudad con amplias zonas verdes y río
Eficiencia energetica

Así aplican la eficiencia energética las ciudades

11 de diciembre de 2019

La eficiencia energética, cuya presencia observamos a diario en la Conferencia de las Partes (COP) del Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), se ha vuelto un asunto de interés mundial aplicable a todos los niveles: desde dispositivos individuales a entornos supraestatales, como ocurre en la Unión Europea o en la OCDE. Pero son las ciudades los que más impulso dan.

La ciudad inteligente es una unidad lo suficientemente grande como para causar un impacto positivo en la calidad de vida de sus habitantes, pero con un tamaño suficiente como para tener cierta maniobrabilidad. Cada ciudad tiene un plan, y todas el mismo objetivo. Así, experimentan en laboratorios urbanos, aprenden, y comparten este conocimiento. Aprovechando la COP25 de Madrid, hablemos de eficiencia urbana.

La ciudad: la estructura social más eficiente

La mera consideración de un entorno urbano ya reduce y optimiza el consumo de energía por habitante de forma notable, así como las huellas de carbono y agua asociadas. La estructura compacta de las urbes, demuestran investigadores del CSIC, facilita que mejores servicios estén disponibles para los ciudadanos a un coste ambiental reducido. También con una menor contaminación.

Esto es especialmente relevante en ciudades con un crecimiento orgánico “de tipo cebolla” (crecen del núcleo al extrarradio) y con buen transporte público tales como Madrid, Tokio, Melbourne o Copenhague; y de una forma mucho menos marcada en ciudades “de tipo racimo” muy presentes en el crecimiento urbano estadounidense del siglo pasado, en las que no hay un único núcleo y destaca el periurbanismo y las grandes distancias.  

Algunas ciudades combinan áreas muy eficientes y otras que no lo son tanto, como ocurre en Londres. Así, núcleos urbanos compactos de viviendas en pisos de mediana altura son mucho más eficientes y accesibles a los servicios que ciudades distribuidas en un gran área caracterizadas por la vivienda unifamiliar; e incluso más eficientes que viviendas construidas en bloques de grandes alturas, propias del crecimiento acelerado de países asiáticos.

Las ciudades, resumiendo, son una buena forma de reducir nuestra huella ambiental y ser más eficientes. Pero, hay consenso científico absolutono todas las ciudades son iguales. ¿Cómo aplica cada una su concepto smart?

¿Cuánto contamina una ciudad?

Un estudio multidisciplinar realizado por la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología estudió 13.000 ciudades por todo el planeta (el estudio más grande realizado hasta la fecha) y estableció un ranking en base a su huella de carbono por habitante, medida en toneladas de CO2 equivalente. Midió hasta las emisiones del Scope 3, que incluyen las emisiones indirectas de las actividades.

Por desgracia, este estudio no señala la ciudad más eficiente. Ciudades con un bajo índice y con pocas emisiones en 0,5 tCO2eq/cap no equivalen a las más eficientes, sino a las que menos energía usan por persona. Pero sí nos sirve como punto de comparación, y para descubrir, de las ciudades con más calidad de vida, qué proyectos están haciendo reducir su huella.

Copenhague: cubiertas verdes y ciclistas

Este estudio noruego demuestra que el 18% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial provienen de las 100 ciudades que encabezan la lista. Sin centrarnos en lo que hacemos mal, miremos lo que cada ciudad sabe hacer bien, con el objetivo de copiar iniciativas.

Copenhague (Dinamarca, 10,1 tCO2eq/cap), es una de las ciudades con mayor calidad de vida y bajo impacto ambiental. Dos proyectos largoplacistas destacan en esta ciudad: las cubiertas verdes, obligatorias para todo edificio de nueva construcción, y la prioridad hacia el transporte ciclista sin emisiones.

Fuente: Unsplash | Autor: Max Berger

¿Cuánto contamina una ciudad?

Un estudio multidisciplinar realizado por la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología estudió 13.000 ciudades por todo el planeta (el estudio más grande realizado hasta la fecha) y estableció un ranking en base a su huella de carbono por habitante, medida en toneladas de CO2 equivalente. Midió hasta las emisiones del Scope 3, que incluyen las emisiones indirectas de las actividades.

Por desgracia, este estudio no señala la ciudad más eficiente. Ciudades con un bajo índice y con pocas emisiones en 0,5 tCO2eq/cap no equivalen a las más eficientes, sino a las que menos energía usan por persona. Pero sí nos sirve como punto de comparación, y para descubrir, de las ciudades con más calidad de vida, qué proyectos están haciendo reducir su huella.

Copenhague: cubiertas verdes y ciclistas

Este estudio noruego demuestra que el 18% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial provienen de las 100 ciudades que encabezan la lista. Sin centrarnos en lo que hacemos mal, miremos lo que cada ciudad sabe hacer bien, con el objetivo de copiar iniciativas.

Copenhague (Dinamarca, 10,1 tCO2eq/cap), es una de las ciudades con mayor calidad de vida y bajo impacto ambiental. Dos proyectos largoplacistas destacan en esta ciudad: las cubiertas verdes, obligatorias para todo edificio de nueva construcción, y la prioridad hacia el transporte ciclista sin emisiones.

Fuente: Unsplash |Autor: Mike Benna

En 2007 Vancouver creó el Greenest City Action Team, un grupo de expertos locales que promovieron el Greenest City Action Plan en 2009. Este se cristalizó finalmente en el trabajo ‘Vancouver 2020: Un brillante futuro verde’ de 2011.

El documento recogía 75 objetivos ambientales bastante ambiciosos que han sido imitados por todo el mundo, tales como “proveer a los ciudadanos de un incomparable acceso a espacios verdes” o “tener el aire más limpio del mundo”. Las medidas estrella fueron:

  • para 2020 todos los edificios nuevos debían ser neutros en carbono;
  • el 51% de los trayectos de la ciudad debían hacerse en transporte público, en bicicleta o a pie.

Ambicioso, sí, pero también inspirador, tal y como recogía una detallada publicación sobre el proceso por parte de su alcalde, dispuesto a compartir lo aprendido con cualquier ciudad del mundo. En 2050 todo el consumo de la ciudad será 100% renovable.

Zúrich: 2kW/cap para 2050

Seguimos con datos técnicos para señalar el caso de Zúrich (Suiza, 11 tCO2eq/cap). Mucho antes de que la eficiencia de las ciudades fuese una métrica valorada a nivel mundial, en 1998 varios investigadores del Instituto Tecnológico Federal de Zúrich (ETHZ) publicaron el libro blanco ‘Pasos hacia una sociedad de 2.000 vatios’. O, dicho de otro modo, una sociedad de 17.520 kWh/año·persona.

https://datos.bancomundial.org/indicador/EG.USE.ELEC.KH.PC?locations=CH-1W-US&view=chart

Según datos del Banco Mundial, Suiza generaba unos 7.481 kWh/año·persona, aunque esto no tenía en cuenta las externalidades energéticas en países en desarrollo (Scope 3). En 1998 EEUU contaba con 13.154 kWh/año·persona y el europeo medio cerca de 5.908 kWh/año·persona. Mantener los 2.000 W per cápita va a ser un reto global, y Zurich va algo más de dos décadas adelantada.

Shenzhen: movilidad eléctrica por excelencia

Fuente: Unsplash | Autor: Robert Bye

Shenzhen (China) es una de las ciudades que más ha avanzado por una electrificación de la movilidad, así como por un cambio de hábitos. Mientras el resto de ciudades del mundo se planteaba la compra de uno o dos autobuses eléctricos para hacer algunas pruebas, en 2017 Shenzhen adquiría, para sus 12 millones de habitantes, una flota de 16.000 autobuses y más de 20.000 taxis 100% eléctricos. Fuera de la China continental nadie esperaba algo así.

Ahora varias decenas de grandes ciudades chinas (Shangai, Hong Kong, Changshá, Xi’an…) siguen sus pasos, presionando a las ciudades europeas y americanas a cambiar de modelo desde un punto de vista económico: moverse en autobús eléctrico es mucho más asequible, y dejando a los vehículos térmicos fuera del mercado.

Cada ciudad parece tener una estrategia ambiental diferente, y todas serán importantes de cara al futuro. Algunas ciudades optan por calefactar barrios completos mediante “district heating” (Nueva YorkMoscú), mientras que otras avanzan hacia la naturalización de sus ríos (Madrid), la peatonalización (Boston) o la inversión en arbolado per cápita (Tampa).

A medida que observamos un aumento de la eficiencia energética, una mejor salud ambiental, ciudadanos más activos o un aire más fresco a un menor coste, respectivamente, vamos imitando proyectos similares en otras ciudades en un régimen de cooperación competitiva: la ciudad que antes resuelve un problema será la que sea capaz de exportarlo.

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