Seguridad vial
Dispositivos de seguridad

¿Cómo ha evolucionado la cultura contra los riesgos laborales?

16 de octubre de 2020

No queriendo parecer el abuelo cebolleta, ni tampoco condescendiente, sí puedo afirmar que nuestra generación vivió una época donde la convivencia con el riesgo y sus consecuencias era algo natural. El año 1990 fue del de mayor número de víctimas mortales en accidentes de tráfico: un total de 5.940 muertos en las carreteras, unas 100 a la semana. También ese año, fue el año que más accidentes laborales mortales se produjeron en España: un total de 1.923. Para poner en contexto la gran cantidad de víctimas que esto representa se puede comparar con las muertes causadas en una guerra civil: una media de 1.000 muertes al año.

Por aquella década estudiaba Ingeniería Industrial en la Universidad Pontificia de Comillas, en Madrid. Como parte de la carrera, teníamos una asignatura llamada “Seguridad e Higiene en el trabajo” que además de ser un solo un cuatrimestre de los 6 años de carrera, era, como os podéis imaginar, una “maría”. Recuerdo que el profesor intentaba concienciar a unos estudiantes que estaban a años de luz de estarlo. No obstante, a partir de este año, estas estadísticas empezaron a mejorar en España. Lo más probable es que fuera debido a la mejora de las infraestructuras en el caso de accidentes mortales en las carreteras, o por la modernización de los procesos productivos en el caso de los accidentes en el mundo laboral, así como la concienciación de la sociedad o de las empresas.

En mi caso concreto, no entro en la necesidad de concienciarme en temas de salud y seguridad hasta que 15 años después paso a trabajar en nuestra filial de servicios aeroportuarios Swissport en Estados Unidos. Evidentemente la cultura anglosajona nos lleva ventaja: a veces más por necesidad que por otra cosa, ya que los costes de sanidad o de indemnización en caso de accidente laboral son tan elevados que las empresas reaccionan con una cultura de seguridad radical.

Ser consciente de que todo accidente es evitable

Aunque a partir de este momento – en torno al 2010- la seguridad en el trabajo empieza a ser una prioridad en nuestro día a día, no es hasta mi vuelta de Estados Unidos unos años después cuando experimento en primera persona un accidente laboral mortal. En ese momento percibes con crueldad que todo accidente es evitable y que todos debemos volver a casa sanos y salvos. Es triste tener que experimentar algo tan grave para ser consciente de esta realidad. Solo espero que hoy, en 2020, nadie vuelva a tener que pasar por esto. Hay que darse cuenta de que la seguridad, en la vida y en el trabajo, debe ser lo fundamental.

El entorno de la sociedad española, aunque ha habido grandes avances, tampoco es el más idóneo. Es cierto que hoy los accidentes mortales en carretera son inferiores a 500 por año, y que en el mundo laboral se sitúa por debajo de 600, pero una vez que nos juntamos con nuestra competencia en las asociaciones sectoriales el ocultismo es lo que impera. A nadie le gusta enseñar sus datos y no se busca una acción conjunta. En definitiva, se observa que sigue sin estar en la prioridad de muchas empresas. Sin embargo, en Ferrovial, ya hace unos años que se tomó la decisión de liderar también este aspecto. Como responsable de unidades de negocio y, por lo tanto, de personas, además de considerar que es el camino adecuado, es una tranquilidad saber que toda la organización se alinea en la misma dirección.

la conservación de carreteras

Bajada de índice de frecuencia y gravedad de accidentes

El esfuerzo de estos últimos años ha traído sus frutos: los índices de frecuencia y gravedad los hemos podido bajar drásticamente. Podemos decir que hoy nuestra compañía existe una cultura de seguridad que abarca al conjunto de la organización. Sin embargo, hay una actividad que nos sigue preocupando mucho: la conservación de carreteras. Esta actividad tiene la particularidad de que la seguridad de los trabajos no solo depende las persona que los ejecuta sino de un tercero que circula por la vía. Además, son trabajos que se realizan en diferentes lugares y muchos de ellos bajo circunstancias extremas y cambiantes. Es por esto que hace un año decimos lanzar un grupo de trabajo que pudiera establecer procedimientos, procesos y métodos que consigan hacer un entorno más seguro. Este proyecto lo denominamos “+VIAL” y como se dijo el primer día que se puso en marcha el grupo no solo se debería ser un referente en seguridad sino debíamos ser radicales con los planteamientos.

2020: el año en que la Salud y la Seguridad es la primera prioridad

La pandemia de la COVID-19 ha quebrado las expectativas de la ciudadanía, la administración y las empresas, y ha situado la Seguridad y la Salud en el centro de las prioridades estratégicas y sociales. Para Ferrovial Servicios, esto ha conllevado un nuevo impulso a uno de sus pilares como compañía. Para este proyecto ha sido duro trabajar en bajo estas circunstancias, pero gracias al apoyo de Fidel López Soria, consejero delegado de Ferrovial Servicios, hemos podido avanzar mucho.

Y esto es lo que persigue el Programa +VIAL: proteger a los operarios y usuarios de las carreteras a través de cuatro ejes de actuación:

  • Concienciación, información y formación: dotar a todos los empleados de las competencias y el liderazgo individual necesario en el día a día con el fin de minimizar los riesgos a los que nos enfrentamos.
  • Control y seguimiento: medición del desempeño y la rendición de cuentas individuales y colectivas en Seguridad y Salud, es decir, la evolución y mejora de nuestro compromiso con la protección y la prevención.
  • Normativa, medidas técnicas y organizativas: donde definimos los principios de seguridad en conservación de carreteras, se revisan las medidas técnicas y los procedimientos a implantar y se buscan medidas innovadoras para mejorar la seguridad en nuestras operaciones.
  • Colaboración institucional: tanto con administraciones como con asociaciones profesionales y sectoriales, para trabajar juntos en una misma dirección, logrando cambios normativos y mayores inversiones para mejorar la seguridad.

Innovación para salvar vidas

Por último, también se ha abierto una línea de trabajo a través de la innovación tecnológica. Hemos desarrollado un sistema para desplegar de forma automatizada las señales y balizas en la vía, sin necesidad de que los operarios se bajen del camión y se tengan que exponer  a los riesgos del tráfico. Además, estamos realizando un proyecto piloto con sensores que notifican una situación de riesgo al empleado cuando un vehículo invade una zona acotada por conos de tráfico. La idea es que el trabajador lleve un wearable, un reloj de muñeca, que le avisa si se aproxima un vehículo que ha traspasado la zona de seguridad en la que está trabajando. También hemos implantado un sistema de seguridad activa con flotas inteligentes para minimizar el riesgo con peatones, ciclistas u otros conductores.

Autoconvencimiento, ejemplo y liderazgo

Estos son algunos ejemplos que reflejan que la innovación, a fin de cuentas, forma parte de nuestro ADN. En resumen, aún tenemos mucho camino por recorrer para conseguir una cultura de seguridad en nuestro país. La pandemia ha avanzado este proceso y cada vez somos más los que apostamos porque la seguridad, la salud, y el bienestar sean ejes prioritarios en todas las organizaciones. Estoy convencido que los mimbres para ello pasar por el autoconvencimiento, el ejemplo y liderazgo.

Todavía no hay comentarios