interior de una biblioteca
Corporativo

El almacenamiento del conocimiento antes de la existencia de la imprenta

12 de marzo de 2021

Cuando el ser humano comenzó a escribir en torno al 3200 a. C., fue necesario espacio de almacenamiento para guardar todo ese conocimiento en algún lugar. La historia de la biblioteca y cómo organizamos el conocimiento plantea diversas cuestiones. Una de ellas es cómo el medio físico del conocimiento registrado afectó a su posible almacenamiento, organización y recuperación. El diseño físico de las bibliotecas está relacionado con la forma en que se categoriza y cataloga la información, pero también destaca por sí mismo. Conforme evolucionó el medio principal de almacenamiento del conocimiento, lo hizo también el diseño de los espacios que lo contienen.

¿Cómo comenzó a registrarse el conocimiento?

La forma más antigua de registrar el conocimiento fue la inscripción en tablillas de arcilla mientras la capa superior aún estaba húmeda. La Biblioteca de Asurbanipal es la más antigua conocida en la que se descubrió parte de su contenido, unas 30.000 tablillas y fragmentos. Asurbanipal situó su biblioteca en los pisos superiores de dos palacios, y estaba destinada a la instrucción del rey. Las tablillas cubrían una amplia variedad de temas, como registros gubernamentales, encantamientos y obras literarias. Se encontró una copia de la epopeya de Gilgamesh entre sus ruinas. El nivel más elevado de categorización se realizó por salas: textos históricos en una sala, astronomía en otra, y así sucesivamente. Las tablillas no tenían una forma o tamaño uniforme y, a menudo, la forma indicaba su contenido. Las redondeadas documentaban el rendimiento de los cultivos y otros registros agrícolas. Las tablillas de cuatro caras contenían registros financieros. La biblioteca tenía estantes de arcilla para las tablillas, pero también se almacenaban en cestas y cajas de caña.

Fragmento de la epopeya de Gilgamesh Fragmento de la epopeya de Gilgamesh que describe la inundación de la biblioteca de Asurbanipal; Museo Británico.

¿Habría sido tan grande la Biblioteca de Alejandría si el mundo aún hubiera usado tablillas?

Cuando se fundó la Biblioteca de Alejandría en el siglo III a. C., los pergaminos eran el medio principal. Eran populares porque podían contener tinta, y escribir era más fácil que grabar una tablilla, además se podían manipular y transportar con mayor facilidad. Los materiales variaban dependiendo de la cultura. En el Mediterráneo, se fabricaban rollos de papiro y pergamino. Al este de Asia, el bambú y la seda se utilizaron como material sobre el que escribir. El pergamino, más ligero y fácil de transportar, facilitó el acceso a los eruditos y su desplazamiento. Los rollos se almacenaban horizontalmente en estantes subdivididos. Al apilarse los pergaminos, no podían ser demasiado grandes. Sin embargo, eso también implicaba que no hacía falta que los estantes estuvieran nivelados. Un estante horizontal demasiado grande podía dividirse en cuatro secciones triangulares con dos tablas más pequeñas colocadas en forma de X. Las etiquetas al final de cada rollo ofrecían a los eruditos la información bibliográfica necesaria sobre su contenido, y podían llevar los pergaminos que quisieran a las zonas de estudio designadas dentro de la biblioteca. La Biblioteca de Alejandría se construyó como parte de un centro de aprendizaje mayor, el Museo de Alejandría. Era un campus donde investigadores como Euclides vivían, estudiaban y enseñaban juntos. Se fundó para reunir el conocimiento del mundo. La Biblioteca es famosa no solo por el tamaño de su colección, sino también por su cosmopolitismo. No todas sus obras eran pergaminos, pero no podría haber crecido tanto sin los pergaminos ligeros y fáciles de transportar que contenían gran parte del conocimiento global. El Vesubio nos ha permitido ver cómo se almacenaban los pergaminos en la antigüedad. La explosión conservó una biblioteca en una villa privada, ahora llamada Villa dei Papiri por los más de 1000 pergaminos hallados. La mayoría estaban en una sola habitación, apilados en estantes de madera que cubrían sus paredes. En el centro, había algunos estantes independientes. La biblioteca en sí carecía de lugar para sentarse. Como era típico de las bibliotecas privadas de la época, los pergaminos se llevaban a un tablinum o peristilo para leerlos.

El peristilo interior de la Villa Getty El peristilo interior de la Villa Getty, que fue diseñado con una fuerte influencia de la Villa dei Papiri; «El peristilo interior» de Linc Spaulding con licencia CC BY-NC-ND 2.0

¿Sabías que cuando los libros se volvieron valiosos, las bibliotecas empezaron a guardarlos bajo llave?

El precursor del libro impreso fue el códice. Los códices empleaban trozos de pergamino encuadernados con una tapa dura. La presencia del lomo, con espacio para identificar información, mejoró la organización de la biblioteca. Los monasterios cristianos de la antigüedad tardía fueron los primeros en adoptar el códice para reemplazar el pergamino. Una de las bibliotecas monacales más antiguas y aún en funcionamiento es la del monasterio de Santa Catalina. Situada al pie del monte Sinaí, posee la segunda mayor colección de códices, solo por detrás del Vaticano. El códice más famoso de su colección fue el Codex Sinaiticus, un manuscrito de la Biblia cristiana del siglo IV. Permaneció en la biblioteca del monasterio hasta el siglo XIX, cuando un investigador alemán lo sacó. Partes del códice se encuentran ahora en cuatro bibliotecas en Europa y Rusia, y la mayor parte está en la British Library. Quizás el monasterio debería haber adoptado la tendencia de encadenar los libros a las estanterías.

Sacerdotes ortodoxos griegos sostienen un códice con cubierta de plata Sacerdotes ortodoxos griegos sostienen un códice con cubierta de plata, Monasterio de Santa Catalina (1923)

Crear un códice era laborioso y los materiales, muy caros, tanto en los manuscritos iluminados como en los códices más modestos. Los libros eran bienes costosos pero que podían transportarse. Conforme más universidades e iglesias establecían bibliotecas en la Edad Media, se hacía necesario protegerlos, y así nació la biblioteca encadenada. En una biblioteca encadenada, los manuscritos estaban literalmente encadenados a los estantes. Las salas de lectura independientes no eran una opción y los lectores tenían que estar junto a los libros. El diseño interior de las bibliotecas encadenadas seguía uno de estos tres patrones: Bancos de lectura: cada libro por separado se colocaba en una superficie de lectura larga, estrecha y en ángulo que cubría cada banco. Los lectores se sentaban en el banco frente al banco donde se encontraba el libro deseado. En algunos casos, la parte posterior de cada banco también era un estante. Era un uso más eficiente del espacio, ya que se podía acceder a más de un libro desde un asiento.

Zutphen Librije en la iglesia de St. Walburgis Zutphen Librije en la iglesia de St. Walburgis (Países Bajos); biblioteca establecida en 1564. «Librije:» de jimforest con licencia CC BY-NC-ND 2.0

Mesas de lectura unidas a las estanterías: las estanterías para libros se construían con mesas estrechas a lo largo que a menudo tenían bisagras. Este diseño requería incluso menos espacio por libro que los bancos de lectura con estantes y permitía a los lectores acceder a una mayor cantidad de libros desde un solo lugar. Era común que todos los libros de un estante estuvieran unidos a una sola biela. Para mover un libro, había que retirar todos los que estaban antes que él, por lo que primaba que los libros estuvieran organizados de forma lógica.

Biblioteca encadenada de la catedral de Wells Biblioteca encadenada de la catedral de Wells (Reino Unido); biblioteca establecida en la década de 1450. «Biblioteca encadenada» de Matthew_Hartley con licencia CC BY-SA 2.0

Mesas de lectura colocadas entre las estanterías: aunque las bibliotecas actuales tienen la mayoría de las mesas en el centro rodeadas por estanterías, estas bibliotecas tenían mesas de lectura estrechas situadas entre las estanterías encadenadas.

¿Cómo será el futuro digital de las bibliotecas?

El contenido digital, los libros electrónicos y otras pantallas ubicuas están cambiando una vez más la forma en que almacenamos y accedemos al conocimiento escrito. Las bibliotecas públicas crecieron exponencialmente en el siglo XIX, pues compartir el conocimiento se convirtió en virtud pública. Las bibliotecas en la actualidad están descubriendo que el préstamo de libros es una pequeña parte de su misión, pues existe acceso digital a gran cantidad de contenido. Los espacios de estantería se están reutilizando como salas de ordenadores, cafeterías, galerías de arte y espacios de reunión. La biblioteca de una escuela ha eliminado casi todos sus libros. Con un enfoque diferente, la Biblioteca Hunt de la Universidad Estatal de Carolina del Norte ha mantenido los libros, pero utiliza tecnología para mejorar la eficiencia del espacio. Su BookBot emplea un sistema de almacenamiento y extracción automatizado que contiene dos millones de libros. Al no ser necesaria la presencia de personas entre los libros, esa parte de la colección de la biblioteca se almacena en una novena parte del espacio que sería necesario.

El BookBot en la Universidad Estatal de Carolina del Norte El BookBot en la Universidad Estatal de Carolina del Norte; «Bookbot de la Biblioteca de la UECN» de Stuart Borrett con licencia CC BY-NC 2.0

La biblioteca tiene más de 20.500 metros cuadrados, por lo que el objetivo del BookBot no era reducir el tamaño del edificio. Parte de la idea del diseño de la biblioteca era aumentar el espacio de estudio disponible para los alumnos. La biblioteca de Hunt cuenta con asientos suficientes para el 20 % de la población estudiantil. De hecho, es posible que en la siguiente fase del diseño de bibliotecas no se ignore la palabra impresa. Meredith TenHoor, historiadora de la arquitectura y profesora asociada en la Escuela de Arquitectura del Instituto Pratt afirma en Architectural Digest que la biblioteca del futuro tiene «lugar para libros de papel a la antigua usanza» y que su diseño «no solo concebirá los libros como fuente de información, sino que tendrá en cuenta las prácticas sociales e intelectuales que se desarrollan en torno a la lectura y la investigación».

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