Cuando imaginamos el futuro la tendencia general es considerar que el progreso tecnológico continua de forma lineal, con el ritmo actual. La primera intuición es usar la experiencia pasada para predecir qué cambios tendremos en el futuro. Sin embargo, el cambio no es lineal si no que sigue una curva exponencial, donde unas tecnologías van sustituyendo a las anteriores y convergen entre ellas hasta que alcanzan su madurez. En la actualidad estamos inmersos en esa rápida evolución y transformación del entorno, donde la incertidumbre, novedad y complejidad exigen nuevas prácticas y formas de mirar hacia el futuro, con el fin de estar preparados y formar parte de este.
Si observamos la evolución del transporte y las infraestructuras a lo largo de la historia veremos cómo se han producido una serie de invenciones que han ido cambiando el sector. Aunque ya desde la Antigüedad existían carros de ruedas tirados por animales, barcos impulsados por el viento y se construyeron las primeras calzadas, los saltos importantes no se producen hasta la primera disrupción energética con la invención de la máquina de vapor a finales del siglo XVIII. Este cambio permitió mover máquinas de gran volumen, entre ellas barcos que impulsaron el desarrollo del comercio al acortar tiempos y distancias.
La transformación en las comunicaciones con la aparición del telégrafo a principio del siglo XIX facilitó la transmisión de mensajes a grandes distancias casi al instante, promoviendo la expansión del ferrocarril y de sus infraestructuras al permitir la emisión de señales para regular el tráfico.
El motor de combustión interna daría paso a la creación de un medio de transporte en ese momento reservado sólo a las clases más pudientes y que empezó a popularizarse a mediados del siglo XX: el automóvil. La generalización de su uso y propiedad derivó en la construcción de vías por las que desplazarse. Las redes actuales de carreteras comienzan a desarrollarse.
De forma paralela, se empiezan a realizar los primeros experimentos para construir un invento capaz de volar y transportar mercancías y personas. En 1873 se registró en París el primer vuelo exitoso de un globo aerostático. Apenas 30 años más tarde, en 1903, los hermanos Wright consiguieron que un aeroplano motorizado se mantuviera en el aire de forma controlada.
Desde mediados del siglo XX comienza una revolución digital, con importantes desarrollos en las tecnologías de información y comunicaciones, la automatización de procesos y el sector energético. Y en relativamente poco tiempo, inmersos ya en el siglo XXI, estamos viviendo una nueva revolución donde la digitalización se está trasladando a todos los ámbitos de la sociedad y donde tecnologías disruptivas como el Internet de las Cosas, la Inteligencia Artificial, la computación en la nube son elementos clave de esa transformación. Gracias a estos avances estamos hablando del desarrollo de drones, de vehículos autónomos y conectados terrestres, vehículos eléctricos de aterrizaje y despegue vertical, de Hyperloop y de una transición hacia un transporte sostenible que busca la sustitución de los combustibles fósiles. Las infraestructuras que dan soporte a estos transportes no son ajenas a estos cambios y están igualmente en un proceso de transformación digital no vistos hasta ahora.
¿Qué es la actividad de Prospectiva o Foresight?
Prospectiva o Foresight en su término en inglés es una práctica que busca anticipar y explorar a largo plazo que futuros podrían emerger para estar alerta y prepararse para el futuro desde el momento presente. Esas capacidades para trabajar con la incertidumbre del futuro y desarrollar un pensamiento anticipatorio no se adquieren de un día para otro, sino que es necesaria una práctica constante a través de procesos probados que buscan liberar la mente de asunciones y sesgos condicionados por el presente y el pasado. El fin último y gran desafío de esta actividad es trasladar esas visiones futuras en planes de acción robustos y flexibles.
Por lo general, el sector de las infraestructuras de transporte siempre ha ido por detrás de los desarrollos tecnológicos, pero ahora no puede ni debe ser ajena a las necesidades de un mundo en constante evolución.
Para llevar a cabo esta actividad de prospectiva existen diferentes metodologías. Considerando el largo plazo, una de las metodologías probadas con éxito es la Planificación de Escenarios (Scenario Planning) que se basa en la generación de distintos escenarios plausibles, en forma de narrativas o historias, que pueden emerger en el largo plazo. En lugar de tratar de predecir un único futuro más probable y apostar todo al mismo, lo que se busca es visualizar distintos escenarios que podrían ocurrir y estar preparados con múltiples acciones y movimientos a seguir de acuerdo a su evolución. Es una metodología probada en distintos ámbitos y extendida por la industria desde los años 70.
El proceso comienza con la detección, a través de la investigación y entrevistas a expertos del sistema, de los factores con influencia en la evolución del tema de tipo tecnológicos, políticos, económicos, culturales, medioambientales, regulatorios, etc. A continuación, se determina cuáles de esos factores son los que tienen una mayor influencia en el tema analizado, los drivers. Estos pueden considerarse ciertos o inciertos, cuando es posible considerar conocido su estado final en el marco de tiempo establecido o si el estado final puede fluctuar entre varios rangos. Con las combinaciones posibles de rangos de los drivers inciertos y los drivers ciertos se componen los diferentes escenarios. Normalmente, trabajamos con cuatro escenarios.
Los escenarios son un medio para un fin, no un fin en sí mismos. Ferrovial los utiliza con fines más estratégicos, para detectar implicaciones y oportunidades que puedan dar ventajas competitivas y proporcionar soporte a la toma de decisiones Sólo experimentando este tipo de procesos, que utilizan la capacidad inherente en los seres humanos para imaginar el futuro, y facilitan liberarse de las asunciones y sesgos cognitivos, se pueden crear las capacidades de anticipación necesarias y prepararse para el futuro. Aprender antes que los demás es la única ventaja competitiva sostenible a largo plazo.
Algunos ejemplos Foresight de nuestra experiencia en Ferrovial
La actividad de Foresight se puso en marcha con el programa What if? con el que se han desarrollado hasta la fecha cuatro proyectos en el ámbito de la movilidad e infraestructuras.y en el momento actual se está desarrollando un quinto proyecto en el área de energía.
Hyperloop, ¿podremos desplazarnos 1000 km en sólo 1 hora sin importar la climatología? Considerado el quinto modo de transporte, es un transporte que podría alcanzar velocidades superiores a los 1000 km/h. Se basa en una capsulas (pods) que son propulsadas dentro de un tubo sellado casi al vacío o con presiones muy bajas para reducir la resistencia aerodinámica. A su vez esas cápsulas están levitando para evitar la fricción.
Logística urbana, ¿cómo impactará en el tráfico, la movilidad urbana y las ciudades? Todas las actividades implicadas en la gestión y transporte de mercancías en las áreas urbanas, impulsadas por el incremento del e-commerce y la necesidad de proveer un servicio más rápido, barato y flexible al usuario final, jugando un papel destacado la distribución de la última milla.
Vehículos Conectados y Autónomos terrestres, ¿qué grado de autonomía tendrán los nuevos vehículos y cómo impactará en el tráfico? El sector de la automoción está inmerso en una extraordinaria transformación, dónde vehículos e infraestructura estarán conectados y podrán tomar sus propias decisiones sin necesidad de conductor, Cambiará la forma en la que nos desplazamos, trabajamos o disfrutamos y muchos sectores se verán afectados por esta transformación.
Movilidad Aérea Urbana, el primer proyecto iniciado por la actividad de Foresight que buscó visualizar que escenarios podían surgir en 2030 en relación con los vehículos eléctricos de aterrizaje y despegue vertical, las infraestructuras necesarias y como ese nuevo modo de transporte podría transformar las ciudades. A raíz de este proyecto, Ferrovial adquiere amplia consciencia de la importancia de este mercado, no ya sólo en el ámbito urbano sino regional, y como consecuencia del ejercicio y transcurridos sólo dos años de su realización, se crea Ferrovial Vertipuertos, una nueva área de negocio específicamente orientada a desarrollar redes interconectadas de vertipuertos, las infraestructuras que se necesitan para el aterrizaje y despegue de los vehículos voladores.
De este modo, la práctica de Foresight prepara a la compañía para el futuro haciéndola consciente de lo que puede emerger. Nadie conoce el futuro pero se puede trabajar para visualizar diferentes alternativas que nos mantienen alerta y reaccionar o anticiparse a nuevas oportunidades. La actividad de Foresight alimenta la actividad de Innovación activando o reforzando proyectos a realizar que, a su vez, son soporte en el desarrollo e implantación de estrategias a seguir en la evolución hacia el futuro. Una fórmula en cadena que es clave en empresas que lideran el mercado.
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