Sosteniendo la Tierra entre las manos
Responsabilidad social corporativa

Medir el impacto de la inversión en la comunidad: ¿Dónde estamos y hacia dónde vamos?

28 de noviembre de 2023

Impulsar la educación de los jóvenes a través de la Formación Profesional, llevar agua corriente a aquellas regiones que lo necesitan o apoyar proyectos de reciclaje y gestión ambiental. Existen muchas vías para dejar una huella positiva en el entorno y contribuir a crear una sociedad más igualitaria y más sostenible, y muchas de ellas están al alcance de las empresas.

Invertir en la comunidad tiene cada vez más importancia en las hojas de ruta de muchas compañías. Hacerlo genera valor social y potencia el propio impacto de las acciones empresariales. Pero, para conseguir un efecto real, es importante entender qué es acción social y en qué terreno nos estamos moviendo. Qué esfuerzo están haciendo las empresas y en qué están centrando sus acciones y sus inversiones.

Dar respuesta a estos interrogantes es uno de los objetivos del ‘Informe Anual 2022 del Grupo LBG España’, que recoge datos sobre las actividades y las actuaciones de las empresas pertenecientes a este grupo coordinado y promovido por la consultora de sostenibilidad MAS Business. Entender la realidad tras estos datos nos permite conocer el presente y diseñar acciones para actuar en el futuro.

De la educación al medioambiente

La inversión en la comunidad por parte de las empresas debe cumplir tres criterios: debe ser una acción voluntaria, en la que no medie ninguna acción contractual; debe tener un fin social o ambiental y, lo que es aún más importante, debe dirigirse a beneficiarios sin vínculos con la empresa. Es decir, sus beneficiarios no deben ser empleados, clientes ni proveedores. Estos tres principios nos muestran algo fundamental: que estas acciones de inversión en la comunidad van más allá del negocio.

Actualmente, la educación es la principal área de actuación en la que se centran las empresas. Los números lo manifiestan: en 2022, el 42 % de las inversiones de las empresas del Grupo LBG España se destinaron a este ámbito. Muchas de estas compañías tienen, por ejemplo, proyectos de FP dual con los que transforman la sociedad a través de la formación de los estudiantes. También es habitual que las empresas otorguen becas o ayudas económicas.

La segunda área de actuación más relevante es la que tiene que ver con el desarrollo socioeconómico. Muchas empresas tienen actuaciones con las que favorecen el crecimiento de comunidades no solo en España, sino también en regiones como Sudamérica o África. Allí, iniciativas para garantizar el acceso al agua o a las infraestructuras de transporte son fundamentales para mejorar el bienestar y la calidad de vida de la población.

Un ejemplo de estas acciones es el programa de infraestructuras sociales que lleva años desarrollando Ferrovial. Estos proyectos dan apoyo a comunidades con necesidades básicas de saneamiento o abastecimiento de agua entre otras.

En 2022, el apoyo a acciones de desarrollo económico supuso el 17,4 % de las inversiones en la comunidad de las empresas del Grupo LBG España. A este porcentaje le siguen un 12 % dedicado al bienestar social, un 8,6 % a ayuda humanitaria y un 8,5 % a proyectos medioambientales, entre otros.

Tendencias con signos positivos

El Grupo LBG España se formó en 2007, con 9 empresas (Abertis, Agbar, Barclays, BBVA, Ferrovial, Gestamp, Iberdrola, Repsol y Telefónica) y desde entonces los datos del informe anual del Grupo transmiten una tendencia al alza en la inversión en la comunidad. Las cifras han aumentado de forma gradual desde el año 2016 hasta hoy – con variaciones importantes en el año 2020, en el que la pandemia de COVID19 cambió totalmente los objetivos y las prioridades de la acción social.

En 2022, se destinaron más de 500 millones de euros a acciones con impacto en la comunidad, una media de 784 euros por empleado. El año anterior, 2021, la cifra se había quedado un poco por debajo de los 440 millones. Además, 15 de los 18 miembros del grupo que reportaron información sobre estas acciones en 2022, aumentaron más de un 2,5% su inversión en la comunidad. Es decir, casi un 80 % lo hizo. Estas acciones sociales llegaron a 21,5 millones de beneficiarios directos y 6.400 organizaciones beneficiadas. De los beneficiarios directos se midió el impacto conseguido en el 24,3% de ellos. Un 11% han conseguido transformar su realidad, el 58% experimentaron una mejora en sus condiciones de vida y el 31% han sido sensibilizados.

Detrás de estos datos, el equipo de MAS Business revisa que toda la información que llega desde las empresas es correcta, y que sirve por lo tanto para dibujar tendencias útiles y realistas.

Los retos de un futuro cercano

De las 18 empresas que reportaron sus mediciones sobre inversiones en la comunidad, solo siete compartieron información sobre sus impactos. Y es que contabilizar el impacto supone un mayor gasto de recursos y mucha dedicación, y no es sencillo para las empresas contar con los medios necesarios para hacer un seguimiento de forma rigurosa. De hecho, algunas entidades sí miden su impacto, pero prefieren no publicar sus conclusiones al no tener suficiente seguridad en sus datos.

Al otro extremo de la balanza están las empresas que sí tienen la capacidad y la seguridad de publicar sus tendencias. Uno de los grandes retos para los próximos años es que todas las empresas vayan alcanzando esta madurez y este nivel de seguridad.

Si nos ceñimos a las empresas que analiza el informe, las tendencias muestran su compromiso. La propia presencia en el Grupo LBG España es ya una muestra de interés. En los últimos años ha aumentado el esfuerzo por hacer inversiones acertadas, por mejorar la medición del impacto y, sobre todo, por conocer qué repercusiones positivas están teniendo realmente las acciones en la sociedad. Hoy, ya no basta con invertir, las empresas exigen entender y medir el impacto que pueden llegar a tener.

La experiencia de éxito de casi 20 empresas colaborando en un grupo multisectorial para conseguir una metodología común y comparable sienta sin dudas las bases para poder afrontar esperanzados estos retos que nos plantea el futuro.

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