¿Conoces toda la historia detrás de la portada de la Feria de Sevilla?
12 de abril de 2024
A finales del siglo XIX, el ingeniero Dionisio Pérez Tobías diseñó una estructura metálica que se instaló en el cruce del Real de la Feria del Prado de San Sebastián, donde hoy está la fuente de las Cuatro estaciones de Sevilla. Se trataba de una pasarela elevada varios metros del suelo que, enseguida, fue vista como la entrada oficial a la feria. Pronto dejó de ser una simple estructura de metal para convertirse en todo un símbolo.
Hoy, la Feria de Sevilla ha cambiado en fisonomía, pero manteniendo su idiosincrasia, y sigue contando con una entrada llena de significado. Desde hace varias décadas, la instalación de la portada es realizada por Ferrovial. Para el equipo de trabajadores que lo hacemos posible, supone todo un orgullo dar forma a la puerta de entrada de esta fiesta que significa tanto para Sevilla y para todos nosotros.
La historia de las portadas de la feria
La historia de las portadas de la Feria de Sevilla comienza en 1896, cuando se ubicó el paso elevado que servía de entrada al recinto ferial. Con el paso de los años, esta pasarela fue ganando protagonismo, y cuando se desmontó en 1921 con motivo del ensanche de la calle San Fernando, quedó claro que era necesario encontrar un sustituto.
A partir de entonces y cada año, comenzó a instalarse una portada de entrada a la feria. En las décadas de los 20, los 30 y los 40 estas portadas tenían unas dimensiones relativamente pequeñas, pero en 1949 se colocó, por fin, la primera portada de gran envergadura. Las portadas que se fueron instalando a partir de mediados de siglo ya tenían iluminación nocturna y se parecían cada vez más a las actuales.
Durante aquellos años, la feria también fue cambiando. Fue adquiriendo un carácter más urbano, ganó popularidad y empezó a recibir cada vez más asistentes. En los años 60, el recinto de la feria acogía ya una gran cantidad de casetas, sobre unas 300, que en aquella época eran de madera. Un hecho que determinó su historia: en 1964, un incendio arrasó más de un centenar de casetas, dejó numerosos heridos y se cobró la vida de una persona.
Esto hizo que el Ayuntamiento de Sevilla decidiese cambiar las estructuras de las casetas de madera por otras de metal. Esta transición fue realizada por Agroman, dando comienzo a una historia que continúa aún hoy. Ferrovial lleva décadas encargándose de la instalación de la estructura de la portada, que hoy tiene unas dimensiones de 50 metros de largo y 45 de alto, con una anchura aproximada de seis o siete metros. Además, montamos alrededor de 800 estructuras de casetas de las 1050 existentes en la feria, así como las dos portadas y el altar de la festividad del Corpus Christi de Sevilla.
Una estructura con valor artesanal
Para entender cómo se realiza la instalación de la portada de la Feria de Sevilla hay que imaginar su totalidad como un puzle, un gran sistema en el que todo queda conectado. Ferrovial se encarga de su base, una estructura tridimensional tubular en donde se van ensamblando diferentes piezas metálicas.
En los años 60, Agroman patentó una pieza en forma de T para realizar las conexiones entre estos tubos. Hoy, sin embargo, esta pieza ya no se utiliza. Las uniones de la estructura actual se basan en una pieza que ensambla un tubo con otro, llamada “acoplador”.
A partir de esta estructura, se crean cuadrículas y planos que se enumeran y que sirven para entender la totalidad de la portada. Esto sirve, por ejemplo, para dar forma al siguiente paso: el revestimiento de madera. Nuestro equipo consigue unos tableros a medida que posteriormente se pintan a mano, de forma artesanal.
Este carácter tradicional está estrechamente ligado al propio carácter de la feria y al hecho de que el Ayuntamiento de Sevilla busca hacer perdurar las tradiciones y también los oficios artesanales, para evitar que se pierdan y desaparezcan. Es un objetivo que se comparte con otras celebraciones de Sevilla, como la Semana Santa. En Ferrovial, contamos con carpinteros que, desde hace muchos años, elaboran las cornisas, las almenas y todos los demás elementos de madera que luego se pintan.
Estos tableros, ya pintados, van a parar a manos de los electricistas, que instalan los sistemas de iluminación (desde hace unos años, basados en luminarias LED). Posteriormente, nosotros los montamos con la ayuda de plataformas elevadoras y finalmente la empresa eléctrica conecta todos los tableros electrificados. En total, cada portada cuenta con unas 4.000 piezas cuidadosamente conectadas entre sí.
Sin embargo, una vez finalizado el montaje de la portada, lo que vemos no es todo este complejo puzle. Vemos un diseño final que cambia cada año y que normalmente está lleno de luces y color. Una vez finalizada la feria, el Ayuntamiento de Sevilla saca un concurso para elegir el diseño de la portada del año siguiente.
En algunas ocasiones, el concurso está sujeto a una temática, lo que ha dado pie al diseño de portadas tan emblemáticas como la de 2010, un homenaje al centenario del primer vuelo sobre Sevilla, o la de 2011, que conmemoró la primera circunnavegación a la Tierra.
Este 2024, el diseño es obra del arquitecto italiano afincado en Sevilla Davide Gambini y recrea el Pabellón Mudéjar de la Exposición de 1929 de Sevilla (edificio que en la actualidad acoge el Museo de Artes y Costumbres de la Provincia, obra del arquitecto regionalista Aníbal González, arquitecto también de la conocida Plaza de España).
La huella de Ferrovial
A lo largo de estas décadas a cargo de la instalación de la portada de Sevilla, también nosotros hemos ido dejado nuestra huella. Nos hemos encargado, por ejemplo, de mejorar notablemente la seguridad en el montaje y desmontaje. Hemos incorporado perimetralmente las llamadas bandejas de seguridad, que cuentan con redes para evitar caídas. Las usamos también entre las diferentes plantas y niveles de la estructura, evitando las caídas a distinto nivel internamente. Si eso ocurriera, siempre hay una red garantizando la seguridad.
El próximo paso para mejorar la seguridad puede estar relacionado con la instalación de un sistema contraincendios. Actualmente está en proceso de estudio.
La huella de Ferrovial queda marcada, también, por el empeño que ponemos todos y cada uno de los trabajadores que participamos en el proyecto. Yo soy de Sevilla, en concreto de Triana, cercano al recinto Ferial, y para mí es un orgullo hacer realidad la portada y su feria cada año. El resto de las personas que forman el equipo también son de Sevilla o de pueblos cercanos, y se vuelcan con su trabajo. La Feria de Sevilla tiene mucho calado, por lo que este trabajo nos enorgullece y nos llega a todos muy adentro.
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