El DeLorean coche de ‘Regreso al Futuro’
Transporte de viajeros

Los medios de transporte más locos del cine y la literatura

13 de enero de 2021

Durante siglos, el cine y la literatura nos han mostrado formas de viajar inimaginables. Coches inteligentes, autobuses que aparecen cuando se les necesita y hasta naves para descubrir lo más profundo de los océanos.

Y es que, por muy fantasioso e imaginario que sea el mundo que nos plantean, sus personajes siempre necesitan una forma de desplazarse y salir a correr aventuras. Hacemos un repaso por más de 250 años de historias a bordo de vehículos increíbles.

Los mil inventos del estudio Ghibli

El gatobús de ‘Mi vecino Totoro’ El gatobús de ‘Mi vecino Totoro’. Gkids

En las películas del estudio Ghibli, para que un vehículo se levante del suelo y se desplace por los aires no tiene por qué ser necesariamente un avión. Puede tratarse de una escoba, una bicicleta o un ser grande y peludo con un paraguas. En sus historias vemos también castillos ambulantes que pueden caminar y hasta transportar a los personajes a diferentes puntos del mundo con solo girar una rueda.

En realidad, los vehículos de este estudio japonés pueden ser cualquier cosa: hidroaviones plagados de piratas en ‘Porco Rosso’, un alce y un lobo en ‘La princesa Mononoke’ y hasta un gatobús en ‘Mi vecino Totoro’.

Coches para regresar al futuro

El DeLorean tiene puertas que se abren hacia arriba, puede volar y utiliza combustible ecológico, aunque todo lo anterior parece irrelevante cuando descubrimos que puede viajar en el tiempo.

El coche de ‘Regreso al Futuro’ marcó el cine de ciencia ficción, aunque no es el único vehículo sorprendente de la saga. En ‘Regreso al futuro 2’, Marty McFly se desplaza en un aeropatín, un patinete volador que, de acuerdo con la película, iba a ser un método de transporte muy habitual en el año 2015.

El X-34 landspeeder

Luke Skywalker a bordo del X-34 landspeeder Luke Skywalker a bordo del X-34 landspeeder. Starwars.

En ‘Star Wars episodio IV: una nueva esperanza’, descubrimos que los deslizadores terrestres X-34 son vehículos muy comunes entre los civiles de la galaxia. El propio Luke Skywalker tiene uno, muy viejo y estropeado, que le permite recorrer los desiertos de su planeta.

Estos deslizadores no son las naves más impactantes de ‘Star Wars’, pero en 1977, cuando se estrenó la película, permitieron soñar con un futuro lleno de innovaciones extraordinarias.

KIIT, el coche fantástico

Puede que un coche que habla no resulte muy sorprendente hoy en día, pero sí lo era en los años 80, cuando se estrenó la serie ‘El coche fantástico’.

K.I.I.T es un vehículo dotado de inteligencia artificial, lo que le permite interactuar con su dueño (normalmente, con mucha ironía) y, además, ser autosuficiente y tomar sus propias decisiones.

Un autobús noctámbulo

Además de escobas, trasladores, un Ford volador y chimeneas conectadas por la red Flu, la saga de Harry Potter nos ha dejado uno de los medios de transporte más curiosos del cine y la literatura: el autobús noctámbulo.

El transporte de emergencia para el brujo o mago extraviado puede viajar a toda velocidad, esquivando otros vehículos y adaptando su tamaño para pasar por los lugares más estrechos. Además, farolas, buzones y papeleras se mueven para esquivarlo.

El Anacronópete

Imagen original de El Anacronópete. Imagen original de El Anacronópete.

Aunque muchos consideran a H. G. Wells como el primer escritor en describir una máquina del tiempo, lo cierto es que la primera obra con un aparato capaz de retroceder en la historia es de un autor español. Enrique Gaspar y Rimbau escribió ‘El Anacronópete’ en forma de zarzuela y terminó publicándola como novela en 1887 (ocho años antes de que el británico Wells publicase ‘La máquina del tiempo’).

El Anacronópete es una máquina capaz de retroceder en el tiempo impulsada por la electricidad. Tal y como se explica en la novela, tiene la capacidad de girar en el sentido contrario a la rotación de la tierra “a velocidad ciento setenta y cinco mil doscientas veces mayor”. De esta forma, en el tiempo que la tierra tarda en avanzar un día, la máquina puede desandar cuatrocientos ochenta años en el pasado.

El Nautilus

Hace casi 250 años que Julio Verne ideó este submarino, que en sus novelas era diseñado y comandado por el capitán Nemo. En ‘Veinte mil leguas de viaje submarino’ y ‘La isla misteriosa’ (obras publicadas en 1871 y 1875, respectivamente) el Nautilus permitió al capitán y su equipo vivir grandes aventuras en las aguas de diferentes mares del mundo.

El vehículo fue nombrado en honor al submarino Nautilus de Robert Fulton. Un ingeniero, empresario e inventor estadounidense conocido por desarrollar el primer barco de vapor. Entre sus planos e inventos había también un submarino de hélice que, aunque fue considerado un proyecto inviable por el gobierno francés, consiguió mantenerse a casi ocho metros de profundidad durante 17 minutos en su primera prueba.

Los hyperloops de Futurama

Cuando Fry despierta tras haber permanecido criogenizado durante mil años, descubre que su ciudad ya se parece en nada a la que había abandonado. En Nueva Nueva York conviven humanos, robots y seres de otros planetas, los vehículos se desplazan por el aire y las personas se mueven a través de tubos.

Estos tubos tienen muchas similitudes con el hyperloop, una de las apuestas de transporte más fuertes de las próximas décadas. Se basa en un sistema de cápsulas que se mueven en tubos de baja presión, cerrados herméticamente, a velocidades que pueden alcanzar los 1.200 kilómetros por hora.

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