Desde el año 2003, todo el movimiento de tierras que se viene realizando en el Vertedero de Can Mata, sito en Els Hostalets de Pierola (provincia de Barcelona), está sometido a un estricto control paleontológico.
El emplazamiento en que se encuentra este vertedero es una zona especialmente arcillosa, cosa que da gran seguridad a la explotación por su baja permeabilidad. No obstante, las arcillas presentes provienen de la sedimentación de finos en zonas inundables después de grandes avenidas ocurridas en el mioceno. Estas avenidas arrastraron flora y fauna de la época que, con el tiempo, muchas de ellas quedaron atrapadas en el sedimento y se convirtieron en fósiles. De hecho, ya en la primera mitad del siglo XX, paleontólogos de renombre hicieron prospecciones por la zona hallando puntualmente fósiles de cierto valor.
¿Cómo preservamos el patrimonio histórico?
Este hecho y el que cualquier resto fósil sea considerado patrimonio, hicieron que en las sucesivas autorizaciones ambientales de la instalación se exigiera la aplicación estricta de las leyes de preservación del patrimonio, forzando al explotador a realizar un control paleontológico y, en su caso, excavaciones preventivas que permitieran garantizar la recuperación de los restos fósiles que pudiera haber en la zona.
Al tratarse de un hallazgo con restos paleontológicos, la legislación que se ha aplicado es la del decreto 78/2002 de 5 de marzo, del Reglamento de protección del patrimonio arqueológico y paleontológico. Esta ley del patrimonio cultural catalán se encarga de:
1) Regular las intervenciones arqueológicas y paleontológicas, estén o no integradas en un proyecto de investigación y distinguir, entre las últimas, las intervenciones preventivas y las de urgencia.
2) Regular el tratamiento de los restos arqueológicos o paleontológicos centrándose, por un lado, en el depósito de los restos extraídos y, por el otro, en el tratamiento de los restos no extraídos, que puede consistir en su conservación in situ, en su traslado o, en último extremo, en su eliminación, salvando en todo caso los valores culturales.
3) Regular el control que tiene que realizar el Departamento de Cultura de las actuaciones que pueden afectar al patrimonio arqueológico, incluidas las grandes obras públicas que deben ser sometidas a un proceso de evaluación de impacto ambiental
En este caso, los fósiles se han ido extrayendo por un equipo de expertos lo más rápidamente posible para protegerlos de un deterioro rápido que tendrían si se dejaran in situ en contacto con la atmósfera. En el caso de que fuesen restos arqueológicos declarados BIC, se puede acabar decidiendo restaurarlos in situ, paralizando indefinidamente o incluso definitivamente la obra. Debido a que los hallazgos en el yacimiento de Can Mata son en su mayoría fósiles, esto nos garantiza que se podrá continuar con los servicios al mismo tiempo que permitimos a los paleontólogos realizar sus labores.
Un yacimiento con restos de mamíferos prehistóricos
Las sucesivas ampliaciones de este vertedero han dado lugar a importantes movimientos de tierra en la construcción de las celdas que aún perdura hoy en día. Un depósito controlado como el de Can Mata está constituido por celdas en las que se depositarán los residuos. Estas celdas se construyen habitualmente por excavación del terreno natural y se preparan adecuadamente para poder depositar los residuos en ellas. En circunstancias normales de funcionamiento se está explotando una celda (llenándola de residuos), se está construyendo la siguiente y se está clausurando definitivamente alguna de las ya explotadas. En Can Mata estas celdas suelen tener de dos a cuatro hectáreas de superficie.
El exhaustivo control paleontológico al que se ha sometido la excavación ha permitido, hasta ahora, recuperar y catalogar más de 80.000 restos fósiles, cosa que ha convertido la zona en uno de los yacimientos de macro vertebrados del mioceno más importantes del mundo. Hay que destacar que, sin la excavación de las celdas, la mayoría de estos fósiles no aparecerían nunca o serían destruidos por la erosión natural del terreno.
En estos años, los paleontólogos han podido clasificar fósiles pertenecientes a más de 75 especies diferentes de mamíferos, entre las que destacan caballos, rinocerontes, dinoterios, dientes de sable, un antepasado del panda gigante y la que se considera la ardilla voladora más antigua hallada hasta ahora.
Un caso aparte son los restos hallados de primates, entre los cuales, hay algunos que se consideran de gran importancia y su estudio ha sido publicado en las revistas científicas especializadas de mayor prestigio. Al parecer, se están encontrando en esta zona los primates con torso erguido más antiguos hallados hasta ahora. Destaca, por ejemplo, la recuperación de los fósiles de un ejemplar casi completo de un primate al que se le atribuyó ser el antecesor común más moderno de los orangutanes euroasiáticos, por una parte, y de los monos y homínidos africanos por otra. Se trataba del descubrimiento de una nueva especie que se bautizó como Pierolapithecus catalaunicus, descubrimiento que fue portada en su momento de la revista Science.
¿Qué son las capas geológicas?
Otra especial característica del yacimiento es que las capas geológicas (estratos de rocas que marcan los diferentes periodos geológicos), floran en la zona con cierta inclinación, con lo que al ir avanzando con la construcción de celdas se van encontrando fósiles de distintas épocas y de una forma continua, cosa que ha permitido estudiar también la evolución de las especies en la zona e incluso, gracias a ello, modelizar la evolución del clima en la zona durante el periodo que abarcan las capas geológicas encontradas en la obra, que va desde una antigüedad de unos 12 millones de años, las más antiguas, hasta unos 10 millones las más modernas.
Los estudios de National Geographic
Hay que destacar, no obstante, que, debido al elevado número de fósiles recopilados, hasta el momento solo se ha estudiado una pequeña parte del total de restos fósiles hallados, incluso de los que, en su clasificación, etiquetado y embalado de protección se han considerado que podían tener gran interés científico. Según declaraciones recientes para la revista National Geographic de los máximos responsables del Instituto Paleontológico de Catalunya, que es el depositario de todos los restos fósiles hallados en Can Mata, con lo hallado hasta ahora, hay trabajo de investigación para tres o cuatro generaciones de paleontólogos.
Todavía no hay comentarios