¿Qué pasa si encontramos un yacimiento arqueológico en una zona de construcción?
11 de marzo de 2022
Como ingeniera técnica especializada en geotecnia, asumí el puesto de directora de proyecto para High Speed 2 (HS2) en Ferrovial hace cuatro años. Durante los dos primeros años, mi función fue gestionar y supervisar los trabajos de prospección arqueológica previos a la construcción de la línea ferroviaria de alta velocidad británica que va de Londres a Crewe. Este proyecto consta de dos partes: en primer lugar, la preparación preliminar y el reconocimiento del terreno, y en segundo lugar, preparar dicho terreno para la construcción de la red ferroviaria.
Durante la primera parte, uno de los pasos esenciales es localizar posibles yacimientos arqueológicos que puedan verse afectados por el futuro trabajo de construcción. El objetivo es encontrarlos, identificarlos y decidir qué pasará con ellos: pueden convertirse en parte de la colección del museo o, una vez localizados, pueden dejarse donde están, creando un registro de la existencia del yacimiento en archivos históricos.
La arqueología es una disciplina de vital importancia durante esta fase y, en el Reino Unido, es necesaria cada vez que hay proyectos que vayan a alterar el terreno. Este reto es el motivo por el que asumí un puesto que nunca hubiera tenido en ningún otro proyecto y con el que, hasta entonces, no estaba familiarizada.
Con este fin, reuní a un equipo de arqueólogos e ingenieros para dirigir todas las tareas de la forma más segura y eficiente posible.
El equipo incluyó a Jay Carver, uno de los expertos líderes en el campo. Su asesoramiento fue vital a la hora de determinar la estrategia prospectiva y llevar a cabo la parte del proyecto enfocada a preparar el terreno.
¿Qué ocurre si encontramos un yacimiento arqueológico?
Para encontrar yacimientos arqueológicos en un lugar, hay tres fases que deben abordarse. En primer lugar, se llevan a cabo investigaciones para identificar las zonas que más probablemente contenga restos arqueológicos en el subsuelo. En este caso, utilizamos métodos geofísicos no invasivos que reflejan ondas a cierta profundidad y crean un mapa de las anomalías del terreno.
En la segunda fase, estos mapas, en los que ya se han analizado los puntos críticos, se comparan con el trazado de la vía para valorar cómo puede afectarlos su construcción. Se cavan zanjas de 15 cm de profundidad para confirmar la existencia de cualquier resto que sea de interés histórico y después determinar su importancia para el patrimonio histórico del país. En esta fase del proyecto, debe tomarse una decisión respecto a si los restos arqueológicos encontrados deben preservarse, bien mediante documentación y conservación en el sitio o transfiriéndolos a un museo.
Después de que se completen estas tareas, se llega a la fase final: la fase de mitigación. Tras demarcar la zona, las capas superiores de tierra se retiran. Entonces los arqueólogos llevan a cabo la investigación y conservación de los restos. La extensión de estas zonas puede ir de de unos pocos metros cuadrados hasta diez hectáreas. Esta es la parte del proyecto que consume más recursos y tiempo, porque todo el trabajo debe hacerse a mano para desenterrar cualquier depósito arqueológico sin dañarlo.
Enterramientos medievales desde el siglo XI y asentamientos romanos
En esta fase, los arqueólogos analizan y evalúan los restos recopilando datos, muestras, fotografías y vídeos. El tiempo que emplean en el sitio depende de la complejidad de los artefactos y del valor histórico. Mi trabajo consistió en coordinar a los técnicos y supervisar el trabajo en cada fase, garantizando que se llevaba a cabo de acuerdo con los requisitos del proyecto y la normativa de gestión de yacimientos arqueológicos en obras de construcción del Reino Unido.
Mi experiencia personal y profesional con este proyecto fue muy enriquecedora. De todos los restos que localizamos, fue particularmente emocionante para todo el equipo excavar los depósitos de un cementerio medieval con un sorprendente pasado romano. Descubriendo la iglesia de Santa María – High Speed 2 (hs2.org.uk)
Tuvimos que ser especialmente cuidadosos y respetuosos al reconocer la zona que rodea la iglesia, la cual dejó de utilizarse en 1880 y fue finalmente demolida en 1966 tras ser considerada peligrosa para el público. Como es habitual con este tipo de estructura, la zona que la rodea ha sido lugar de enterramiento desde como mínimo el siglo XI. Tuvimos que exhumar los restos de personas cuyos descendientes todavía siguen vivos. La última tumba data de 1908.
Estas experiencias me sirvieron como introducción al campo de la arqueología, que hasta entonces me resultaba completamente desconocido; además, fue un reto abandonar mi zona de confort y trabajar con un equipo tan diverso.
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