Carreteras conectadas, el camino hacia la movilidad del futuro
13 de diciembre de 2021
En 2025, se prevé que hasta un 70% de los vehículos nuevos estarán conectados a través de un sinfín de tecnologías alternativas.
Los habrá que utilicen un servicio de suscripción proporcionado por un operador telefónico (tipo AT&T o Verizon) para recibir y enviar información, los que utilicen satélites (Sirius o similares), o incluso los que tengan conexión de dispositivo a dispositivo sin proveedores de servicios. En esta última categoría se encuentra la experimentada tecnología Dedicated Short-Range Communication (DSRC), desarrollada hace veinte años, o la más reciente tecnología móvil Vehicle-to-Everything (C-V2X), que utiliza los mismos principios que las comunicaciones móviles para que los vehículos “hablen” entre sí y con la infraestructura.
La seguridad vial es la máxima prioridad
Podemos imaginar decenas de casos en los que estas conexiones ayudarán a aumentar la seguridad vial de los usuarios de nuestras carreteras, como vehículos, camiones, usuarios vulnerables (peatones, ciclistas, teléfonos móviles o wearables de los trabajadores viales) o incluso elementos de seguridad como semáforos, cruces o la propia carretera.
Sin embargo, esto requiere la capacidad de detectar estos elementos y comunicar datos precisos al instante. Existen dos tecnologías diferentes que pueden ayudar a ello:
- Dispositivo a dispositivo: la conexión C-V2X o DSRC está diseñada para emitir mensajes estándar directamente entre dos dispositivos situados a poca distancia (normalmente unos cientos de metros) sin necesidad de que ningún tercero (por ejemplo, un operador de red móvil) se convierta en intermediario en el proceso de comunicación.
- Edge computing: este modelo lleva el poder de la informática lo más cerca posible del punto donde se producen los datos, para poder procesarlos y comunicarlos rápidamente, evitando así los retrasos de la red móvil. No es de extrañar que los principales proveedores de servicios basados en la nube (Amazon y Microsoft) ya la hayan identificado como una gran tendencia de mercado y estén invirtiendo importantes cantidades de dinero para desplegar estos servicios junto con las compañías telefónicas.
Revisando el antiguo modelo vehículo a infraestructura
Antes de la llegada al mercado de la nueva tecnología C-V2X, ya existía desde hace años el modelo DSRC de vehículo a infraestructura patrocinado por las agencias de transporte, sin mucho éxito ni señales de progreso.
Las partes interesadas se dieron cuenta de que ampliar esta tecnología colocando un walkie-talkie en cada coche e instalándolos a intervalos de 100 metros en la carretera, habría sido un ejercicio tremendamente costoso, en un momento en que los teléfonos móviles ya eran omnipresentes. El espectro radioeléctrico asignado a los sistemas inteligentes de transporte era gratuito y fiable para las comunicaciones, pero en absoluto seguro.
Con tantos operadores de infraestructura diferentes, tanto públicos como privados, gestionando carreteras utilizadas por infinidad de vehículos, simplemente no había una forma práctica de acordar una inversión coordinada o un modelo de negocio viable que ayudara a instalar en todo el país la infraestructura digital necesaria para permitir la tecnología DSRC.
La apuesta de los operadores de redes móviles
Por otro lado, el interés de las grandes compañías telefónicas por el mercado del transporte es muy reciente, ya que lo ven como una oportunidad de crecimiento, tras comprobar que su capacidad de vender servicios a su actual base de clientes es limitada.
Las telecos apuestan por un modelo en el que puedan desempeñar el papel de intermediario y aumentar a la vez sus servicios de suscripción. Su modelo de negocio se basaría en la combinación de los servicios de edge computing que ejecutan estas aplicaciones, y para ello es necesario una distribución rápida de mensajes estándar, además de otros servicios (de infoentretenimiento principalmente) que requieren el despliegue de grandes volúmenes de datos.
En lugar de que los vehículos se comuniquen directamente con otras partes, estas empresas actuarían como intermediarias, incluso entre vehículos conectados a diferentes redes, como por ejemplo Telefónica y Deutsche Telekom, que recientemente han concluido con éxito una prueba con un ciclista y un conductor en Frankfurt. Al mismo tiempo, podrían ofrecer una red preparada, garantizando una mejor cobertura y aumentando la ciberseguridad.
Nuevo modelo híbrido
La conexión C-V2X está diseñada para cubrir casos de uso mucho más allá de la comunicación de un vehículo con la infraestructura. De hecho, la mayoría de los casos de uso que se están llevando a cabo actualmente por las diferentes partes interesadas facilitan la conducción cooperativa realizando una comunicación directa entre vehículos (V2V). Esto es lo que ofrece el sistema C-V2X. Y aunque numerosos estudios han demostrado la utilidad de los vehículos equipados con C-V2X para aumentar la seguridad vial, incluso cuando su penetración es limitada, es evidente que esta tecnología tardará varios años en demostrar su valor. Una vez que los grandes fabricantes (como Ford) han manifestado su compromiso de equipar todos sus vehículos con la tecnología inalámbrica C-V2X a partir de 2022, la pregunta es evidente: ¿cómo podemos aumentar la seguridad vial de estos coches hasta que la penetración sea lo suficientemente amplia como para facilitar la conducción cooperativa y sus prometidos beneficios?
Aquí es donde la infraestructura, junto con la necesidad de proporcionar cobertura en amplias zonas urbanas, se vuelve esencial. Al fin y al cabo, las partes interesadas hace tiempo que se dieron cuenta de que la mejor manera de hacer frente a todas estas limitaciones es cubrir todas las necesidades de seguridad vial combinando diferentes tecnologías; es decir, edge computing, unidades de carretera C-V2X operadas por operadores de infraestructura (públicos o privados) cuando los hay, y servicios proporcionados por las redes móviles (o satélites). Una radio en cada vehículo capaz de soportar dos antenas, una para la comunicación móvil tradicional y otra para V2X, parece ser el camino a seguir.
El interés de las telecos en el auge de este nuevo modelo híbrido permitirá seguir desplegando la tecnología móvil (y en el futuro quizás permitir la conducción totalmente autónoma), sin necesidad de una gran inversión por parte de los estados o países, y en un momento en el que tienen la posibilidad de recuperar la inversión del enorme coste inicial de la red 5G. Desde el punto de vista del usuario, esto implica actualizaciones del software del coche y suscripciones a contenidos de información y entretenimiento, como la transmisión de vídeos y juegos, tanto para conductores individuales como flotas de vehículos comerciales. También se podrían recopilar y compartir grandes cantidades de datos de los vehículos con los fabricantes de automóviles y las agencias nacionales de transporte: al parecer, hasta dos terabytes por vehículo y día. Todo ello puede monetizarse para apoyar el despliegue de nuevos servicios.
En el caso de la tecnología CV2X (concretamente, V2I o vehículo a infraestructura), e incluso en algunos despliegues 5G, los operadores de carreteras pueden seguir cumpliendo un papel importante gracias a la proximidad con los usuarios y a su derecho de paso, y gracias a la información que pueden recoger y a la experiencia para comunicarla y así maximizar la seguridad y mejorar la eficiencia del tráfico.
Las infraestructuras deben estar a la altura de los vehículos
Ferrovial y Cintra son pioneras en el mundo de la gestión de la movilidad y las infraestructuras innovadoras. Somos líderes en el desarrollo de infraestructuras para las carreteras del futuro.
Como operadores de carreteras, la seguridad siempre es el núcleo de nuestro negocio, y en las situaciones de tráfico mixto, garantizar la seguridad de los usuarios es clave. El futuro es digital, nuestros clientes se están digitalizando; y por eso debemos evolucionar y lo estamos haciendo adoptando y explorando todas estas tecnologías (5G, CV2X, Edge, etc.) y realizando los primeros despliegues de cómo podría ser este futuro.
Creemos que la infraestructura debe ser tan avanzada como los vehículos que circulan por las carreteras actuales. Dado que cada vez hay más vehículos altamente conectados, que en el futuro serán completamente autónomos, la infraestructura conectada y orquestada desempeñará un papel fundamental en la seguridad, la utilidad y el valor de los vehículos automatizados conectados (CAV).
Nuestra iniciativa Corredores Conectados Orquestados AIVIA está ayudando a gestionar esta transición, optimizando la utilidad de los CAV y favoreciendo a todos los usuarios de la carretera. AIVIA, aunque con diferentes horizontes según la evolución de las tecnologías, pretende crear una infraestructura vial conectada segura y de alta velocidad, recogiendo, procesando y comunicando información crítica a nuestros usuarios para que ellos, o sus vehículos, puedan tomar mejores decisiones.
Nuestra motivación es la seguridad de todos los usuarios de la carretera (conectados o no) y preparar el terreno para un futuro en el que la conducción totalmente autónoma sea una opción real.
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