La 11ª edición del Mobile World Congress ha pasado recientemente por Barcelona proyectando al mundo sugerentes novedades, ambiciosas tendencias y demostrando un año más la potencia y vertiginosa expansión de la omnipresente y futurista industria de la movilidad.
Más de 100.000 asistentes (cifra récord) y 2.200 empresas desde 204 países han pasado estos días por la Ciudad Condal, superando, según la organización, resultados para esta edición y generando expectativas para la siguiente.
Mark Zuckerberg acaparó de nuevo pantallas corriendo por la mañana frente a la modernista Sagrada Familia y presentando más tarde sus proyectos en forma de drones, protagonismo para el vídeo o llamamientos a un acceso a Internet globalizado. También los fabricantes aprovecharon este macroescaparate para presentar novedades: estilizados, modulares, sumergibles y próximamente flexibles smartphones, cámaras omnidireccionales guiadas desde nuestros móviles o conectados automóviles. También experimentamos futurismo en forma de grafeno, el nuevo material derivado del carbono que hará posibles posters con sonido, chips de monitorización cerebral o móviles ligerísimos con baterías de rápida carga y larga duración, una asignatura pendiente de la profusa oferta actual.
Pero si algo ha brillado especialmente en la feria de este año ha sido la realidad virtual: tecnología wearable en forma de gafas, software y sensores lista para despegar integrando ante nosotros lo digital con lo físico para conseguir una experiencia más inmersiva en lo que vemos, experimentamos y sentimos.
«When you change the way you see the world, you change the world you see» decía esta semana Satya Nadella, primer ejecutivo de Microsoft en su macroevento de desarrolladores en Madrid. Nada como predecir el futuro inventándolo.
A pesar del aparente protagonismo de una vistosa y prometedora tecnología, el origen de todas las soluciones que llegan con fuerza al mercado está en mentes creativas y en empresas valientes. Detrás de cada propuesta de valor hay personas que estimulan el talento y las neuronas en sus organizaciones. Antes de cada presentación en sociedad hay visión, riesgo, oportunidad, disciplina, método, fracaso productivo (aquel del que se aprende) y seguro que muy cerca de los brillantes Zuckerberg, Musk o Nadella hay una cantidad ingente de talento innovador trabajando en equipo para corregir y aumentar nuestra realidad diseñando un futuro mejor para todos.
En Ferrovial apostamos con decisión por la innovación y el talento. Sólo las organizaciones que arriesgan, actúan y aprenden de forma constante son competitivas de forma sostenida y aprovechan las oportunidades en un mundo en constante evolución.
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