ciudades verticales edificios en el cielo
Edificación

Tu próximo barrio podrá estar en un espectacular piso 21, y el planeta lo agradecerá

31 de marzo de 2017

¿Te imaginas despertarte una mañana y ver elevarse el Sol mucho antes de que este ilumine el suelo, cientos de metros más abajo? Desde tu barrio en las alturas verías más allá de las montañas, y si han caído las temperaturas podrías observar cómo las capas altas de las nubes bajas se iluminan antes de tomar el desayuno.

Parece de ciencia ficción, pero quizá las alturas sean nuestra única alternativa constructiva en un plazo de tiempo breve. No solo por las ventajas que ofrecen a nivel medioambiental, sino por aquellas desventajas de otros que sistemas constructivos que evitan.

Las desventajas de las ciudades modernas

A pesar de que las ciudades han mejorado con los años hasta el punto en que les ponemos las etiquetas de smart cities o green cities, el crecimiento demográfico y la concentración poblacional nos ponen retos para los que ya no valen las mismas soluciones. Ejemplo de ello es el chalet individual, el modelo que peores notas saca en todas las categorías a las que se presenta.

La energía que pierde el sueño americano

Incluso con el mejor método de aislamiento posible, habitar una vivienda que no tenga otras alrededor supone un coste energético (y una contaminación térmica) inasumible para el planeta.

chalet unifamiliar versus chalet adosado

Aumento de la zona de confort usando la misma energía como consecuencia de disminuir la envolvente externa usando otro bloque de viviendas vecino. Fuente: Marcos Martínez.

Además de resultar un problema de bolsillo (quién no mira estos días el contador) las construcciones individuales y aisladas liberan más calor al exterior, acelerando el calentamiento global.

Así, un chalet adosado consume menos energía para una misma temperatura de confort, y un piso a su vez consume menos energía que un chalet adosado.

Todo está mucho más lejos

La movilidad es uno de los puntos críticos de una ciudad. A poblaciones más distribuidas, mayores distancias y más coste de transporte (tanto privado como público).

Si desplegásemos una ciudad como Madrid (5.225 habitantes/km2) en chalets individuales tendríamos que desmantelar el resto de ciudades situadas dentro de la Comunidad de Madrid para hacernos sitio, así como parte de las comunidades vecinas lindantes. Simplemente, no cabríamos todos.

A pesar de ser visualmente estéticas y presuntamente cómodas, el sistemas de transporte público en este tipo de ciudades sería una imposibilidad al faltar densidad de población que lo soporte. Eso por no mencionar los problemas mediambientales que supone desplazar la fauna y flora de un territorio tan extenso.

Las ciudades verticales

Las ciudades hacia arriba se perfilan como una salida a los problemas de sobrepoblación mientras mantenemos niveles altos de confort y nos movemos en un coste energético asumible. Tanto para nuestro bolsillo como para el planeta. Esto no significa que debamos ponernos a construir rascacielos sin más, porque hay peros.

edificio alto ciudades verticales

Como sabe quien ha hecho números, cada planta que se añade a un edificio tiene un coste superior a la planta de abajo. Es decir, la escalada hacia el cielo no tiene un coste lineal con las técnicas constructivas y la planificación actuales.

Pensar en vertical para vivir en vertical

Imaginemos que el vecino del piso 200 tiene que bajar al supermercado de la planta 5 a diario, y volver a subir. La reducción del impacto ambiental y las ventajas en coste que se consigue al vivir en poca área desaparecerían con la obligación de ascensores kilométricos en constante movimiento.

los ascensores, los coches del futuro

¿Serán esas cabinas verticales los coches del futuro para moverse entre barrios? Fuente: Public Domain Pictures.

Es por eso que un edificio realmente alto (50 plantas ya supone una altura considerable) tendría que disponer de distintas secciones internas, o alturas, que hiciesen las veces de barrios. Y esto implica todas las equipaciones necesarias: viviendas, lugares de ocio, cultivo, parques, tiendas…

La diferencia con la actualidad es que, en lugar de vivir en el Distrito de Chamberí, lo haríamos en la cota de Chamberí.

Las soluciones energéticamente viables

Este tipo de barrios, colocados en láminas horizontales en lugar de unos junto a otros, supondrían un ahorro energético considerable. Del mismo modo que un piso comparte gasto de calefacción con los vecinos que le rodean, estos barrios se ayudarían mutuamente a mantener un nivel de confort a bajo coste.

Además, los avances en recuperación de energía de los ascensores hacen viable el avance vertical (elevadores eléctricos) frente al clásico avance horizontal (vehículos con ruedas). Los neumáticos de nuestros vehículos pierden casi toda su energía en el rozamiento con el asfalto, pero los ascensores eléctricos recuperan casi la totalidad de la energía potencial que necesitan para elevar una carga.

La reducción en consumo energético entre conducir al barrio de al lado a coger el ascensor al barrio de arriba es drástica.

Las formas que optimizan la luz

Pero no todo es tan fácil, o ya nos hubiésemos puesto manos a la obra con estas ideas. Los edificios muy altos y finos no optimizan la energía, y son necesarias formas como semiesferas alargadas ( Torre Agbar de Barcelona o el 30 St Mary Axe de Londres) o piramidales.

ZIGGURAT mesopotamia

Zigurat de la Ciudad de Ur. Fuente: Thinglink.

La idea, de hecho, no es nueva. Para maximizar el uso de energía, el Zigurat de Ur (hacia el 2000 a.C.) ya contemplaba soluciones escalonadas que permitían que una gran parte de la población viviese en una superficie mucho más reducida.

Para que construir hacia arriba salga a cuenta es necesario que estas ciudades verticales tengan un área importante (del orden del barrio), pero esto implica que gran parte de la población tendría que vivir en el interior de la estructura. Muy alejadas, por tanto, de la luz. Algo inconcebible para la sociedad moderna.

Ziggurat Pyramid edificio Dubai

Ziggurat Pyramid, Dubai. Fuente: Samuel Schmitt.

Aunque no existe una única solución al problema de repartir a la población en altas estructuras cómodas, asequibles y medioambientalmente responsables, se puede destacar el Ziggurat Pyramid, de Dubai. El proyecto, propuesto en 2008 y previsto para 2021, pretende ser una joya en lo referente a sostenibilidad, e integra todos los puntos mencionados.

Predecir el comportamiento de las ciudades resulta casi un imposible por la cantidad de opciones que existen a nuestra disposición. Pero precisamente por eso probar gran parte de estas opciones es necesario para dar con una forma óptima adaptada a cada tipo de clima y cultura.

Imágenes | iStock/honley, Relief

Todavía no hay comentarios