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Economía circular

Los retos de la nueva década para implementar la Economía Circular

29 de junio de 2020

El modelo de producción y consumo que se implantó en los países desarrollados en el último tercio del siglo XX, en el que las materias primas se extraían de la naturaleza, se transformaban en productos con una vida útil cada vez más corta y finalmente se tiraban, está agotado. No solo por el impacto global que produce en el planeta, sino porque algunos materiales empiezan a dar síntomas de agotamiento o su extracción se ha encarecido significativamente. En Europa, esta preocupación se puso de manifiesto claramente en el documento “Communication from the Commision to the European Parliament” relativo a la lista de las materias primas fundamentales para la UE. Como resultado de su contenido, las Materias Primas Críticas constituyen un ámbito prioritario del primer Plan de Acción de la UE para la Economía Circular con el fin de promover su utilización eficaz y reciclado.

Este modelo económico lineal está produciendo un impacto ambiental y climático que supera la capacidad del planeta para remediarlo y que, en una economía globalizada, se dispersa desde el punto de extracción de la materia prima hasta la totalidad de la Tierra.

La economía global es un hecho y la dependencia de cualquier punto del planeta del resto del mismo es cada vez mayor. Esto no solo se percibe en el suministro de materias primas y bienes de consumo, sino también en la gestión y el tratamiento final de los residuos. El impacto generado por la decisión China de limitar extraordinariamente sus importaciones de plásticos ha provocado una crisis en los países que allí los enviaban, principalmente europeos. El desvío hacia otros países (Vietnam, Malasia, etc.) ha sido solo temporal, porque ya están adoptando la misma medida. Estas decisiones marcan un nuevo panorama empresarial y geopolítico y la lección aprendida es que no se puede tener una dependencia total de un tercero, si se quiere progresar en la gestión de los residuos y alcanzar los nuevos objetivos impuestos por Bruselas.

Un enfoque global y holístico para abordar los retos de la Humanidad: La Economía Circular

El enfoque global que se ha propuesto para dar solución a estos y otros problemas a los que actualmente se enfrenta la Humanidad es la denominada Economía Circular. La Economía Circular pretende imitar a la naturaleza y crear ecosistemas locales, ya sean naturales o antrópicos, convirtiendo los residuos de todo proceso en materias primas secundarias, gestionando eficientemente la energía y generando un cambio de paradigma en el cual la Economía Circular se presenta como un sistema de aprovechamiento de recursos, al mismo tiempo que se fomenta la economía y la creación de empleo. Una economía circular acerca la gestión de residuos a los conceptos de gestión de recursos y la convierte en una parte integral de los mercados mundiales de recursos.

Es evidente que la magnitud del reto es enorme, que implantar un nuevo modelo de desarrollo en base a los principios que propugna la Economía Circular no es nada sencillo y que ninguna compañía o administración puede conseguirlo por sí sola. Desde diciembre del año 2015, cuando se aprobó el primer Plan de Acción a nivel europeo, se ha hablado mucho sobre Economía Circular, pero ha llegado el momento de pasar de las palabras a los hechos y hacer de la Economía Circular una realidad mediante la aplicación de sus principios.

Mucho margen de mejora en Economía Circular

Las conclusiones que se presentan en informeThe circularity gap report 2020”,publicado recientemente en la cumbre anual del Foro Económico Mundial en Davos, no son muy halagüeñas y dejan claro que hay mucho camino por recorrer.

  • Hoy, la economía mundial solo es 8,6 % circular. Hace dos años, era del 9,1 %.
  • El consumo anual de materias primas ha superado los 100 mil millones de toneladas por año. El grupo de expertos Circle Economy indica en su estudio que el consumo global en los últimos dos años aumentó en un 8%, mientras que la reutilización y el reciclaje de materiales se redujo en medio punto porcentual, exactamente lo contrario de lo que necesita para pasar a construir una economía global sostenible.
  • En 2017, el último año al que se refieren los datos de Circle Economy, el conjunto de la población mundial utilizó 100,6 mil millones de toneladas de materiales. Si bien la población mundial se ha duplicado desde 1970, los datos de Circle Economy indican que el consumo casi se ha cuadruplicado desde entonces.
  • Más allá de ayudar a mitigar las crisis climáticas y ecológicas, la adopción de economías circulares ayudaría a hacer que los países sean más competitivos.
  • Un tercio de los materiales utilizados cada año terminan como residuos en vertederos. El estudio señala también que algunos países que han mejorado sus tasas de reciclaje y recuperación de residuos, como Suecia, Luxemburgo y Austria.
  • En vista de la urgencia y la oportunidad, un número creciente de países y gobiernos nacionales están comenzando a dar forma a sus estrategias para apoyar la inversión hacia agendas de economía circular sostenibles y específicas.

La transición hacia la Economía Circular, una prioridad

En base a los datos mencionados anteriormente, los autores del estudio instan a los gobiernos y comunidades mundiales a tomar medidas urgentes para avanzar en la transición hacia una economía circular.

A principios de marzo de 2020 se ha dado a conocer el nuevo Plan de Acción sobre Economía Circular de la Comisión Europea, en el que se establece la hoja de ruta a seguir y se marcan nuevas prioridades, incluyendo nuevos ejes de actuación, por ejemplo el agua y los nutrientes.

En este sentido, algunas palancas para desplegar la Economía Circular y lograr la transición hacia un nuevo modelo de desarrollo social, económico y ambiental son:

  • Desarrollo de nuevos modelos de relación y de negocio entre los distintos agentes que forman parte del círculo. La Economía Circular no es una carrera en solitario, nadie puede conseguirlo solo. Por lo tanto, primero se debe adquirir conciencia sobre la posición que cada agente, empresa, ciudadano, administración, etc. ocupa en el proceso económico circular. Segundo, se deben buscar nuevas formas de relación y colaboración entre los distintos agentes. Como señala Peter Bakker, CEO del Consejo Mundial de Negocios para el Desarrollo Sostenible, en el informe anteriormente citado:

    Los negocios “business as usual” están muertos. Debemos comprometernos a tomar medidas a escala para hacer realidad la economía circular.”

  • Transformación del actual marco normativo (pensado para tiempos pasados de linealidad) en uno completamente circular.
  • En lo que respecta a la vertiente económica, cualquier iniciativa o proyecto circular que se plantee tiene que verse apoyado y ser evaluado no solo desde el punto de vista de las inversiones necesarias, sino también con una óptica ambiental y estratégica, con relación a cómo contribuye a evitar el agotamiento de los recursos naturales, especialmente en el caso de Europa donde hemos consumido ya una parte importante de los existentes.
  • Innovación para el desarrollo de nuevas soluciones tecnológicas: puesta en marcha de soluciones que permitan el cierre del círculo para algunos materiales que, hasta este momento, se consideraban residuos. Se ha acuñado una frase que dice: “El futuro será circular… o no será”. La Tierra es finita y los recursos que pone a disposición del hombre también los son. La única alternativa es que imitemos a la Naturaleza y, al igual que ella hace con la materia y la energía, seamos capaces de desarrollar “ecosistemas antrópicos” que recirculen todo lo que producimos y usamos. Se abre así un campo inmenso para desarrollar nuevos productos y servicios que, sin transformar radicalmente el modelo actual, permita introducir los cambios que requiere nuestra supervivencia como especie.
  • La industria 4.0. El sector de la gestión de los residuos ha percibido, desde hace aproximadamente un lustro, que las actuales tecnologías de tratamiento han llegado a su límite. Los rendimientos y resultados están estancados y resulta muy difícil incrementarlos usando las tecnologías maduras actuales. Nos encontramos ante la conocida ley de los rendimientos decrecientes (o ley de proporciones variables, principio de productividad marginal decreciente o retornos marginales decrecientes), tan común en otros sectores productivos y que ahora llega a nuestro campo de actividad. En consecuencia, se necesita aplicar soluciones y estrategias similares a las ya implantadas con anterioridad, adaptadas a la realidad de los residuos, que pasan por el desarrollo de nuevas prácticas de gestión y la impulsión de nuevas tecnologías disruptivas (robótica, , inteligencia artificial, …). La industria está en el centro de la transformación de la gestión de residuos

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