AMAIF BF ricardo con maestros y comision padres ESCUELA OULA. 11-2019
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Invertir en educación e informática en Burkina Faso

10 de junio de 2020

En los tiempos que corren, donde todo parece digital, no existe la mínima especulación ni imaginación con poder vivir sin las tecnologías. Aun así, escuchar historias de gente que en pleno siglo XXI no tiene acceso a este tipo de bienes, ni a muchos bienes de primera necesidad, nos pone los pies en la tierra. Es la historia y la proeza que realiza la Asociación Madrileña de Ayuda a la Infancia AMAIF, quien, en uno de sus muchos proyectos, contribuye a informatizar aulas en escuelas en la provincia de Yatenga, Burkina Faso.

Es la historia de Adama Lankoandé, el coordinador de proyectos de AMAIF en Burkina Faso. Adama reside actualmente en Ouagadougou, donde se encuentra la oficina de AMAIF. Comienza a las 8 de la mañana su tarea rutinaria en esta oficina, atendiendo las actividades administrativas, con los 3 móviles sonando continuamente y luchando por una buena conexión de internet hasta las 5 de la tarde. En ocasiones, el reloj marca la medianoche o las cinco de la madrugada y Adama ya está pegado al ordenador para conseguir una buena conexión.

“Si hay calor o polvo, mal lo tenemos”, afirma.

Además, realiza labores de campo controlando los proyectos y sensibilización en los poblados rurales. Esto supone para Adama realizar viajes largos en un coche que debe alquilar para la ocasión y que puede suponer estar hasta una semana lejos de su familia atravesando rutas en malas condiciones con temperaturas entre 35 y 45 grados centígrados. Toda una proeza.

Burkina Faso: el foco de la ayuda

Burkina Faso es un país situado en África Occidental y sin acceso al mar, en un territorio sumamente plano de 274.50 km2. Se trata de uno de los países más pobres del mundo – puesto 131 de 145 según la ONU -, donde un 71% de sus veinte millones de habitantes pertenecen al medio rural. Pero, para entender de una manera más completa su contexto, es necesario hablar del clima tropical y seco de Burkina Faso, donde la superficie de agua del país no supera el 0,1% y los contrastes estacionales son realmente altos. Se alternan una estación seca, de noviembre a mayo, y otra húmeda. Las precipitaciones decrecen de sur a norte a causa de la influencia del viento seco del Sáhara, conocido como harmatán.

Pero no solo el clima nos hace deducir la difícil situación del país, sino que también puede verse reflejado en sanidad y educación. En cuanto al apartado sanitario, existe un claro déficit de infraestructuras, calidad de los servicios y escasez de material básico. Es uno de los países con la menor tasa de médicos (0,5 médicos/100.000 habitantes).

En educación, el panorama en la provincia de Yatenga, donde se encuentra la sala de informática, hay una deficiencia de infraestructuras, personal cualificado y escasez de material didáctico. La asistencia  es irregular de los alumnos/as a la escuela, debido a enfermedades, al trabajo infantil para ayudar a sus padres en las labores de agricultura y ganaderia y las niñas en la busqueda de agua. La pobreza de las familias, les impide hacer frente a la escolarización de sus hijos y más en las hijas cuando pasan al nivel secundario.

AMAIF COMITE PADRES E.OULA 3-2020

Informatizar aulas en escuelas de Burkina Faso

El proyecto, realizado en colaboración con Ferrovial Servicios, se localiza en OULA, una comuna con una población de unos 60.300 habitantes, perteneciente a la provincia de Yatenga, a algo más de 200 kilómetros de la capital de Burkina Faso. La historia de este pueblo no dista demasiado de los que se encuentran a su alrededor. En él, conviven en perfecta armonía desde hace varias generaciones varias etnias: Mossi, Peul y Fulcé. En la población, las actividades principales de subsistencia son la agricultura, la ganadería y el comercio.

Como infraestructuras, OULA tiene alcaldía, un centro primario de salud pública con personal de enfermería, escuelas de primaria y secundaria, además de un mercado que está en centro del pueblo para las actividades comerciales. La sala de informática en la escuela pública Oula B se inauguró la primera fase en marzo del 2020 y a los pocos días se cerraron todos los colegios como medida preventiva para evitar la expansión del Covid-19. Aun así, se espera que durante el mes de junio se puedan retomar las actividades y el periodo escolar.

informatizar aulas en Burkina Faso

«En AMAIF, comenzamos hace 15 años y realizamos programas educaciones y de salud dirigidos a niños y niñas. Todos los integrantes somos colaboradores voluntarios», relata José Ricardo Rico Peláez, Presidente y Coordinador de Proyectos en África de AMAIF.

El proyecto llevado a cabo por AMAIF es una iniciativa pionera en la región y el país. Avalado por el Ministerio de Educación Nacional y de Alfabetización de la Región Norte, Provincia de Yatenga, el director de la escuela pública y alcaldía constituye toda una mejora para que los escolares puedan ampliar sus capacidades cognitivas y de desarrollo educativo. Es una novedad educativa en la población que tiene como objetivo dotar a los docentes y estudiantes de un medio de comunicación actual, que active el desarrollo humano. Todo un pilar básico en la enseñanza desde el punto de vista del aprendizaje.

Actualmente, en la asignatura de informática de los dos últimos cursos de primaria se imparten con una pizarra. Gracias a este proyecto, podrán dotarse estas aulas de diferentes tecnologías, y los maestros que impartirán las clases son técnicos de información y comunicación.

AMAIF-INAUGURACION SI 3-2020

Además, para garantizar la sostenibilidad de este proyecto, se impartirán tres clases particulares a la semana a estudiantes de otros colegios de educación secundaria a precios accesibles. Se autogestionarán económicamente dando cursos de formación a docentes y alumnos de secundaria. Para todos los alumnos de primaria los cursos son gratuitos y obligatorios, ya que se encuentran dentro de plan de docencia. En el próximo curso se continuarán realizando mejoras en la infraestructura, ordenadores y placas solares, a falta de continuar recibiendo financiación para llevarlos a cabo.

«Las donaciones son fundamentales porque nos permite comenzar el proyecto, hacer el seguimiento y nos sirve como estímulo para que haya una concienciación general de que se puede luchar contra la pobreza», concluye José Ricardo.

La labor de AMAIF y de Adama es solo una de los miles de historias que hacen que este tipo de asociaciones sean fundamentales en pleno siglo XXI. Ayudar a que todas las personas y niños tengan acceso a una educación informatizada y de calidad es, sin duda, un proyecto con miras al futuro. Se trata de sembrar una semilla de la que nacerá un árbol fuerte noble.

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